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Estaba el pueblo de La Olmeda, el Domingo 11 de Mayo, como nunca: verde por los cuatro costados, florecidas sus calles, recien lavados sus tejados y fachadas con el agua de Mayo, una luz preciosa y un azul intenso sobre lo alto de "Castilviejo" y la "Sarrezuela".
Poca gente, la que nos tropezamos, pero de calidad: hospitalarios, amables, serviciales hasta encendernos la estufa de "Las Escuelas" y preparar cafe para todos. Y todos éramos... ¡45 personas que peregrinamos a Barbatona desde Guadalajara!
La mañana fue lluviosa hasta el punto de pedir acogida en "La Olmeda" para comer y pasar la tarde.
Una gozada, en expresión de cuantos ni casi el nombre les sonaba. Tiempo para jugar con los chavales Junior en el frontón - ¡qué guay!, ¿no?-, admirar las fuentes, el precioso cuadro de la Inmaculada en la Iglesia, escuchar el profundo y saltarin tañer de las dos campanas o contemplar el suave "rosa palo" de las viejas fachadas y la estridencia de un verde que mata los ojos al final del pueblo y que "alguién" debería hacer algo..
Quede aquí constancia de nuestra gratitud al pueblo, a sus autoridades (alcalde José María Barahona) y al matrimonio Fide y Juan-Antonio, excelentes anfitriones.
Así se hace "pueblo". Sé que algunos tomaron buena nota de estos parajes para Julio-Agosto y volverán, ya lo creo.
En Guadalajara, en San Antonio de Padua, teneis otros tantos amigos.
Gracias, de corazón!
Poca gente, la que nos tropezamos, pero de calidad: hospitalarios, amables, serviciales hasta encendernos la estufa de "Las Escuelas" y preparar cafe para todos. Y todos éramos... ¡45 personas que peregrinamos a Barbatona desde Guadalajara!
La mañana fue lluviosa hasta el punto de pedir acogida en "La Olmeda" para comer y pasar la tarde.
Una gozada, en expresión de cuantos ni casi el nombre les sonaba. Tiempo para jugar con los chavales Junior en el frontón - ¡qué guay!, ¿no?-, admirar las fuentes, el precioso cuadro de la Inmaculada en la Iglesia, escuchar el profundo y saltarin tañer de las dos campanas o contemplar el suave "rosa palo" de las viejas fachadas y la estridencia de un verde que mata los ojos al final del pueblo y que "alguién" debería hacer algo..
Quede aquí constancia de nuestra gratitud al pueblo, a sus autoridades (alcalde José María Barahona) y al matrimonio Fide y Juan-Antonio, excelentes anfitriones.
Así se hace "pueblo". Sé que algunos tomaron buena nota de estos parajes para Julio-Agosto y volverán, ya lo creo.
En Guadalajara, en San Antonio de Padua, teneis otros tantos amigos.
Gracias, de corazón!