Soy socia de la Asociación Cultural La Vereda y estoy muy orgullosa de que gracias a mi trabajo y al de muchas otras personas hayamos podido conservar este pueblo de una forma tan auténtica. El fin de la asociación es restaurarlo y conservarlo en su estilo mas puro.
Cuando el antiguo Icona decidió arrasar el pueblo con sus máquinas para evitar el peligro de derrumbamiento un grupo de gente se movió, organizó y luchó por conseguir que no se destruyera. Desde entonces nuestro fin ha sido que se mantenga a pesar de todos los problemas e inconvenientes con los que tenemos que convivir.
La asociación está, y ha estado abierta siempre, a gente que esté dispuesta a trabajar por sus fines. Efectivamente, no residimos allí y esto nos permite poderlo mantener sin agua, sin luz, sin accesos. Si se viviera permanentemente habría antenas de televisión, cables, etc.
Va a hacer treinta años de la primera concesión y esperamos poder seguir manteniendolo y mejorandolo.
Cuando el antiguo Icona decidió arrasar el pueblo con sus máquinas para evitar el peligro de derrumbamiento un grupo de gente se movió, organizó y luchó por conseguir que no se destruyera. Desde entonces nuestro fin ha sido que se mantenga a pesar de todos los problemas e inconvenientes con los que tenemos que convivir.
La asociación está, y ha estado abierta siempre, a gente que esté dispuesta a trabajar por sus fines. Efectivamente, no residimos allí y esto nos permite poderlo mantener sin agua, sin luz, sin accesos. Si se viviera permanentemente habría antenas de televisión, cables, etc.
Va a hacer treinta años de la primera concesión y esperamos poder seguir manteniendolo y mejorandolo.