Se sabe que la etimología del vocablo Loranca es prerromano, lo que da indicio de su
antigüedad.
Tras la reconquista de la zona a finales del siglo xi, la población perteneció por poco tiempo al común de villa y tierra de
Guadalajara y, posteriormente, al alfoz de la villa de Almoguera.
Tras ser objeto de trueque entre la Orden de Calatrava y el rey, finalmente Loranca perdió el realengo al ser entregada en mayo de 1379, como dote de
boda por el rey Enrique II de Trastámara a su hija ilegítima María de Castilla, al contraer matrimonio con Diego Hurtado de Mendoza, posteriormente almirante de Castilla. Tras la muerte del almirante en 1404 heredó la villa su hija Aldonza de Mendoza, condesa de Arjona, y a la muerte de esta sin hijos, en junio de 1435 se le donó a Luis de la Cerda, conde de Medinaceli.
En 1475 fue objeto de venta a Íñigo López de Mendoza y Figueroa, primer conde de Tendilla, quien ya ejercía el señorío sobre las vecinas poblaciones de
Aranzueque,
Armuña de Tajuña, Fuentelviejo y Tendilla. Perteneció a los condes de Tendilla y a sus sucesores, los marqueses de
Mondéjar hasta el siglo xviii.
El segundo conde de Tendilla, Íñigo López de Mendoza y Quiñones, señor de Loranca, hizo
noche en la villa el 5 de noviembre de 1509, con motivo de su último viaje a sus estados alcarreños desde la ciudad de
Granada, donde residía en calidad de capitán general de aquel reino desde su conquista en 1492.
Ya en fecha 2 de diciembre de 1579, los entonces alcaldes ordinarios Pedro Gómez Caballero y Mateo Sánchez declararon a los funcionarios del censo de Felipe II que la villa contaba con 260
casas y vecinos, aproximadamente 1000 habitantes.
Ruinas de la
Casa de Jesús del
monte, siglo xvi
La Compañía de Jesús edificó en el punto más alto del
valle, encima de la villa el
monasterio de Jesús del Monte en el siglo xvi, sobre una
ermita anterior dedicada a
Santo Domingo. A principios del siglo xvii, alcanzó una próspera existencia de siglo y medio y, sus ruinas, siguen presidiendo el valle.
Entre 1625 y 1656 ejerció de párroco en Loranca Francisco Martínez de Argüello, cuya sobrina Úrsula de Argüello casó con el maestro
médico Antonio de
Murcia y fueron cabeza de una estirpe de médicos, letrados y clérigos muy poderosa en la comarca a lo largo de los siglos xvii y xviii.
Según el censo del marqués de Campoflorido (1712) Loranca contaba en aquellas fechas con apenas 62 vecinos. La disminución obedeció a la fuerte mortandad de provocada por la hambruna del año 1699 y los saqueos de los ingleses y austriacos en el
verano de 1706 durante la Guerra de Sucesión.
También hay constancia de fuerte mortandad en los libros de difuntos de la parroquial de
San Pedro Apóstol para el
otoño de 1748 y, posteriormente, en el año 1805.