Hola pueblo:
Deciros que me siento orgullosa de haber aprendido a leer bien en esa escuela que un día me acogió. Y que me parece que es bueno agradecer a quien tantos buenos ratos nos hicieron pasar aprendiendo. Disfrutaba como una enana en los columpios de la Alameda.
Tengo fotos que he tomado cuando iba a mi pueblo, Ablanque pero no me quedaba mucho tiempo para mas. Que de Burgos hasta ahí hay muchos kilómetros. Me gustó ver que Maranchón no se quedaba sin colegio por falta de niños. ¡Éramos un tren de ellos cuando íbamos los de Ciruelos y los de otros pueblos de los alrededores. Hoy he compuesto este pequeño poemas a los reyes para los peques de Maranchón. Pero se me ha hecho tarde y os deseo todo lo mejor para este año 2013 cargado de ilusiones y regalos que os hagan felices.
Besos
Carmen
SUS MAJESTADES LOS REYES
Vienen del lejano oriente
con los dones y regalos
que portaban sus camellos
en sus lomos bien cargados.
Año tras año, incansables,
atravesando los vados,
las cañadas, las calzadas,
los puentes y los atajos.
Murmullos de agua deleitan
a sus majestades los magos.
Quizás cuando despertemos
contemplaremos su halo,
y el mérito de ser caminantes
en sueños de pequeñajos.
Carmen García
Deciros que me siento orgullosa de haber aprendido a leer bien en esa escuela que un día me acogió. Y que me parece que es bueno agradecer a quien tantos buenos ratos nos hicieron pasar aprendiendo. Disfrutaba como una enana en los columpios de la Alameda.
Tengo fotos que he tomado cuando iba a mi pueblo, Ablanque pero no me quedaba mucho tiempo para mas. Que de Burgos hasta ahí hay muchos kilómetros. Me gustó ver que Maranchón no se quedaba sin colegio por falta de niños. ¡Éramos un tren de ellos cuando íbamos los de Ciruelos y los de otros pueblos de los alrededores. Hoy he compuesto este pequeño poemas a los reyes para los peques de Maranchón. Pero se me ha hecho tarde y os deseo todo lo mejor para este año 2013 cargado de ilusiones y regalos que os hagan felices.
Besos
Carmen
SUS MAJESTADES LOS REYES
Vienen del lejano oriente
con los dones y regalos
que portaban sus camellos
en sus lomos bien cargados.
Año tras año, incansables,
atravesando los vados,
las cañadas, las calzadas,
los puentes y los atajos.
Murmullos de agua deleitan
a sus majestades los magos.
Quizás cuando despertemos
contemplaremos su halo,
y el mérito de ser caminantes
en sueños de pequeñajos.
Carmen García