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MOCHALES

Crónica, Nueva Alcarria, 24 de octubre de 2003

UNA COMIDA PARA 400 PERSONAS PUSO EL BROCHE A LAS FIESTAS DE LOS REMEDIOS

Será dificil olvidar las fiestas de este año que, por falta de espacio, las recordamos pasados ya unos días. Concretamente, cuando las hojas de los árboles van cayendo, entrado ya el otoño, una alfombra de distintos colores aparece cada mañana por nuestra vega con el rocío de la noche, que con el calor, acariciado por la brisa del aire fresco, nos anima a encender el fuego del hogar y en familia formar nuestra tertulia y algunos adormilados ante el televisor.

Buena miel y en cantidad. Mochales está más dulce que nunca y las gentes, entre sus recolecciones de hortalizas y ahora el fruto seco de las nueces y almendras, preparan con amor esta despensa donde nada les faltará, junto con el jamón, chorizo, el buen pan de la panadería Hnos. Bueno, y el buen vino para acompañar, en muchas mañanas, a las migas caseras.

Pasear, vivir y hablar en estos días en Mochales es muy distinto a la vida del verano. El silencio es tan profundo, que hay días que las campanas, al dar la señal de la horas, son nuestra única compañía. Los que tienen sus residencias en la ciudad se marcharon llenos de sus productos de la huerta, haciendo honor a la tierra, cuando obsequian a sus vecinos: "Estos tomates, pepinos, patatas, cebollas, ajos, son de mi huerta, los he criado yo". Y es cierto que su sabor es distinto a otros que la ciudad ofrece en sus tiendas.

Volviendo a las fiestas de este año, en la iglesia parroquial asistieron todos los feligreses a la novena que Mariano Gutierrez convocaba al repique de campanas. Amenizó los bailes populares y religioso nuestro amigo Ignacio, vinculado al pueblo de Villel. El sábado, terminada la eucaristía, hubo solamente procesión. La imagen portada a hombros, recorrió las principales calles y al final, en la plaza, se realizó la subasta, como es tradicional, para entrar de nuevo a la imagen, las personas que han participado en mayor cuantía ofrecida. El domingo, misa solemne.

Nuestro alcalde, Franciso, estuvo muy animado, al ver tanta asistencia de los hijos que llegaron de distintas ciudades. En ambos días, el Ayuntamiento ofreció aperitivos y refrescos. El domingo se terminó con una caldereta popular, estafado de ternera y gamo, regados con los mejores vinos de reserva del Bajo Aragón. Las señoras del pueblo elaboraron unos postres tradicionales, con dulzor de la miel y productos secos. No faltaron los licores