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MOCHALES

LOS MOCHALEROS VIVIERON CON INTENSIDAD SUS FIESTAS PATRONALES

-LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS PROCESIONÓ ENTRE UNA MULTITUD.

El pueblo esperaba muy especialmente en esta fecha la festividad en honor a la imagen de la Virgen de los Remedios.

Cada pueblo de este Valle del Mesa, ha ido dejando en la historia estas fechas patronales del mes de septiembre, que sus feligreses han ido expresando a la Madre de Dios, bajo distintas advocaciones, por tantos y tantos favores recibidos, en suplica de las muchas peticiones elevadas a través de las oraciones. Y los hijos de Mochales se volvieron a reunir en los solemnes actos litúrgicos como en los profanos. Las calles y plazas respiraban un aire festivo, entre las hojas de los árboles que ya están cayendo.

Cuando el otoño nos ha llegado, todos vamos repasando las imágenes que hemos ido grabando durante todo el tiempo estival. Aquellos recuerdos familiares, de amistades y otros encuentros con aquellas personas que hacía años que no habíamos tenido oportunidad de saludarnos, siendo motivo en nuestras conversaciones en el recuerdo de aquellos años de nuestra infancia, y que al ir creciendo, unos optamos por levantar el vuelo y otros quedaron formando su familia en el pueblo. Gracias a ellos podemos ir nombrando el lugar de Mochales y, así, durante el tercer fin de semana de septiembre (22 y 23) las campanas de la iglesia saltaron al vuelo junto con las aves que anidan en la torre; anunciando a los feligreses que la misa se iniciaba, presidida por el párroco Enrique Herranz. La coral de la parroquia fue entonando los cánticos de aquellas letras populares. Un pueblo, cuna de tantas y tantas vocaciones sacerdotales, y que ahora guarda la gran devoción a su patrona la Virgen de los Remedios. Profundo silencio al sacar en andas a la imagen para seguir la procesión por las principales calles de la villa, junto con el alcalde y primeras autoridades locales, y en el silencio de la noche los faroles y antorchas fueron iluminando el recorrido y al mismo tiempo aquellas oscuridades refugiadas en nuestros corazones.

No faltó la comida de hermandad y el vermú, donde todos pudieron compartir los productos elaborados de la tierra y regados con la reserva de los buenos caldos de las viñas de Aragón.

La juventud y los mayores pudieron disfrutar de las melodías musicales, y al mismo tiempo marcando el paso de las actuales y recordando los pasodobles de los tiempos pasados.

Nueva Alcarria, 5 de octubre 2012. pág. 30 Pueblo a Pueblo corresponsal Pedro Larrad Pérez)