Calle del
barrio antiguo de la ciudad
Callejando por Molina es como se llega a los Judíos, Calle Abajo, Quemadales y muchas otras
vías en las que tus pasos te persiguen. De día, pero también de
noche, sin importar el frío bajo cero de sus muchos jornadas de
invierno,
Molina de Aragón se convierte en todo un placer viendo sus tenues luces y el pasar incesante de gatos de una
ventana a otra, o por esas
escaleras vacías que no llevan a ninguna parte.