Molina de Aragón, situada al nordeste de la provincia, es una ciudad con una gran riqueza
monumental. Su
camino por la Edad Media domina la vista general que derrama sobre la colina la
muralla que rodea el burgo y se funde con el
castillo. Al fondo, la
Torre de Aragón vigila desde el cerro y hostiga la fortaleza recogida por la barbacana que se distingue desde lejos.
El
paseo por sus
calles nos imbuye de cruce de culturas y tiempos. Tan pronto nos introduce en el
barrio judío de gran belleza
medieval, como nos lleva a la morería al otro lado del
río. Sobre el río cubre el paso el
Puente Románico, símbolo de la villa, realizado en arenisca roja y formado por tres
arcos; junto a las
pilas, los tajamares que se distinguen a uno y otro lado.
Sus templos cristianos de distintos momentos del
arte nos llevan desde la serena belleza del románico de
Santa Clara, en la
plaza que lleva su nombre, a Santa María la Mayor de
San Gil, totalmente reconstruida después de un incendio ya en el siglo XX; pasando por el renacimiento reflejado en San Pedro, con su preciosa
espadaña mudéjar o el neoclásico del
Convento de San Francisco.
Como testigo de su esplendor los
palacios más significativos claman en sus
blasones e inscripciones los nombres de sus insignes habitantes:
Casa del Obispado Díaz de la Guerra,
Palacio de los Arias, Palacio de los Montesoro… y entre todos ellos destaca el Palacio de los Molina, La Subalterna, que presenta un gran
arco de medio punto abovedado en la
portada con los
escudos de los Molina, de Castilla y de
León.
¡Hasta pronto Molina!, prometo volver
Patrimonio natural
Molina de Aragón se encuentra muy cercana al
Parque Natural del Alto Tajo, con especies mediterráneas de media y alta
montaña, en óptimo estado de conservación y uno de los mayores conjuntos de cañones fluviales del interior peninsular. Conecta con