La localidad de
Molina de Aragón está situada al nordeste de la provincia de
Guadalajara. Es uno de los puntos claves del
Camino del Cid. Y en él podemos contemplar un magnífico conjunto fortificado, un núcleo
medieval,
casas blasonadas de la nobleza que en el lugar erigieron sus mansiones,
iglesias románicas, góticas, renacentistas y barrocas y el
puente románico sobre el
río Gallo, uno de los símbolos de la ciudad.
Molina de Aragón tuvo gran importancia en la Edad Media, aunque hoy, desgraciadamente, poco queda del esplendor de la ciudad medieval de Molina. En 1154 el señor de Molina, don Manrique Pérez de Lara, concedió fuero a la ciudad, convirtiéndose en una popular e influyente localidad, cabeza de Comunidad de Villa y Tierra, comenzando a levantar numerosos
edificios civiles,
militares y religiosos. Gracias a su patrimonio fue declarada conjunto Histórico-
Artístico.
La
plaza de
Santa Clara, alberga el tesoro románico más preciado en Molina de Aragón: la
iglesia de Santa Clara (s. XIII). Erigida con sillar rojizo, posee única nave con planta de
cruz latina,
bóveda de crucería y
ábside semicircular. Merece la pena reseñar su preciosa
portada de influencia francesa, abierta en el hastial sur del crucero. Presenta dos estilizadas
columnas que sostienen un tejaroz que protege la portada. Tiene cinco arquivoltas apoyadas en cinco pares de columnas, con
capiteles decorados con motivos vegetales, sobre altos plintos.
Fue restaurada en los años noventa del siglo XX.