Ciertamente,
Morenilla es un
pueblo singular. Y sus gentes son amables, trabajadoras, un "punto" bromistas, fiesteros..
He compartido la vida misma durante casi nueve años, allá por los setenta: rondas, Eucaristía, meriendas,
bautizos, pescas en el
río, entierros, alguna que otra
boda, trabajos de albañilería, catequesis, clases de guitarra, primeras
comuniones, enfermedades,
bailes, caminatas por el río, tristezas y alegrías..
¿Cómo no recordar contemplando esta
foto, aquel primer campamento
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