La zona ha tenido presencia humana desde la Edad Media, manifestada en un pequeño poblado dependiente de
Pastrana denominado La Pangía (hoy completamente abandonado). Aun quedan en pie restos de una aceña (
molino de
río), con su respectivo
canal y azud; restos de
edificios para guardar
ganado e incluso una antigua
fábrica de luz, con parte de su maquinaria. Sin embargo, el resto más significativo es un
puente medieval, medio oculto ya por la maleza, y que puede ser la construcción más antigua de todo el término municipal de Pastrana.