Para su uso medicinal se utilizan las yemas que se recogen en primavera cuando todavía están cerradas. Se deben secar rápidamente preferentemente en secadero y conservar en recipientes cerrados. Son altamente desinfectantes y diuréticas.
Se emplean en infusiones, a razón de 1 o 2 cucharaditas de brotes secos por cada taza de agua.