NATIVIDAD DE
SAN JUAN BAUTISTA
Isaías 49, 1-6
Te convertiré en luz de las naciones.
Escúchenme, islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la
sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo,
Israel; en ti manifestaré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente
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