Bueno aqui les dejo como les prometi la poesia popular de nuestro querido pueblo, en la cual se habla de personas que a muchos por lo menos nos suenan de que nos han hablado de ella o en algunos casos se conocen. Siento el retraso pero he estado un poco liado, bueno espero que por los menos publicandola aqui este en conocimiento de muchas mas perosonas. Recordaros, que segun tengo entendido fue escrita por una persana que no sabia leer ni escribir, y su difusion desde entonces ha sido de palabra, con lo cual pude ser que alguien tambien la conozca pero con algunas cosas distientas, si es asi me gustaria saberlo para intentar conservala lo mas original posible.
Poesía popular
El día de San Pedro vine
con mucha alegría y anhelo
al pueblo de Romanillos,
hoy seguimos muy contentos.
A la entrada de Romanillos
todo el pueblo de recibió.
En casa del Francisquillo
se descargo todo el convoy,
cuatro mechajos viejos
porque no tenemos más,
a ver si el año prospera
y otro año ya se verá.
Fui en casa el presidente
a ver si prepara pan
vamos en casa Basilio
a ver que solución da
mañana se junta el pueblo
pa si se recoge trigo
para que tengáis ya pan
viva to lo contenido.
En casa de la Francisquilla
me dieron facilidades
pa sacar algo alimento
pa guardar to los animales
el tío Vaquero me dice
que en su casa marchan mal,
pues vallase usted a la mía
y allí vera usted local.
También el amigo el Pollo
bien me llamó la atención
que no metiera los mulos
jamás en su corralón.
Mario el de la Leandra
me dijo con mucho anhelo
trae los mulos a mi casa
que yo sigo muy contento,
que voy a arreglar el corral
para que no muerdan la parra,
allí puso unos maderos,
espinos y muchas zarzas
y un palo para atrancar,
la mili blinca la tapia.
Al revolver de la esquina
al Teodosio me encontré
que salía en calzoncillos
y que susto me lleve.
Antes me encontré a Darío
que era una cosa de horror
aquel salía en camisa
no tenía perdón de Dios.
La cuadrilla que se junta
para marchar al molino,
el Herrero, el Moreno, Juanito
y también Longinos,
también iba un muletero,
también viene el Iginio
y la chica de mi cuñada
que acompaña en el camino.
A la llegada al molino
los sacos se descargaron,
el Juanito y el Longinos
a pescar se me marcharon,
el resto de la cuadrilla
merendando se quedaron.
El chico del molinero
un tomate me tiro
me dio en toda la cabeza
y que mal me sentó.
A la salida del molino
señores que me ocurrió,
la mula de la Geronima
los sacos nos lo tiro,
como cayeron al agua
sin tener más solución
como vocea Longinos:
“corre Juanito, deprisa,
que los sacos van para abajo
y me quedo sin harina”,
al oírle vocear
el Iginio se paro
hizo un alto en el camino
con muchisima ilusión,
como sujeta el ganado
porque no podía más
si acaso hubiera podido,
hubiera bajado a cargar.
Ya le cargamos los sacos
otra vez nos los tiro
y el gran perro de la mula
con su idea de salió.
Poesía popular
El día de San Pedro vine
con mucha alegría y anhelo
al pueblo de Romanillos,
hoy seguimos muy contentos.
A la entrada de Romanillos
todo el pueblo de recibió.
En casa del Francisquillo
se descargo todo el convoy,
cuatro mechajos viejos
porque no tenemos más,
a ver si el año prospera
y otro año ya se verá.
Fui en casa el presidente
a ver si prepara pan
vamos en casa Basilio
a ver que solución da
mañana se junta el pueblo
pa si se recoge trigo
para que tengáis ya pan
viva to lo contenido.
En casa de la Francisquilla
me dieron facilidades
pa sacar algo alimento
pa guardar to los animales
el tío Vaquero me dice
que en su casa marchan mal,
pues vallase usted a la mía
y allí vera usted local.
También el amigo el Pollo
bien me llamó la atención
que no metiera los mulos
jamás en su corralón.
Mario el de la Leandra
me dijo con mucho anhelo
trae los mulos a mi casa
que yo sigo muy contento,
que voy a arreglar el corral
para que no muerdan la parra,
allí puso unos maderos,
espinos y muchas zarzas
y un palo para atrancar,
la mili blinca la tapia.
Al revolver de la esquina
al Teodosio me encontré
que salía en calzoncillos
y que susto me lleve.
Antes me encontré a Darío
que era una cosa de horror
aquel salía en camisa
no tenía perdón de Dios.
La cuadrilla que se junta
para marchar al molino,
el Herrero, el Moreno, Juanito
y también Longinos,
también iba un muletero,
también viene el Iginio
y la chica de mi cuñada
que acompaña en el camino.
A la llegada al molino
los sacos se descargaron,
el Juanito y el Longinos
a pescar se me marcharon,
el resto de la cuadrilla
merendando se quedaron.
El chico del molinero
un tomate me tiro
me dio en toda la cabeza
y que mal me sentó.
A la salida del molino
señores que me ocurrió,
la mula de la Geronima
los sacos nos lo tiro,
como cayeron al agua
sin tener más solución
como vocea Longinos:
“corre Juanito, deprisa,
que los sacos van para abajo
y me quedo sin harina”,
al oírle vocear
el Iginio se paro
hizo un alto en el camino
con muchisima ilusión,
como sujeta el ganado
porque no podía más
si acaso hubiera podido,
hubiera bajado a cargar.
Ya le cargamos los sacos
otra vez nos los tiro
y el gran perro de la mula
con su idea de salió.