ROMANILLOS DE ATIENZA: QUIETO TODO EL MUNDO...

QUIETO TODO EL MUNDO
Recuerdo cuando de jovenzazos jugábamos a las doletas, que cuando cogíamos la pelota dábamos un grito ¡quieto todo el mundo! A partir de ese momento nadie se podía mover.

Esto me recuerda al 23 de febrero cuando el S. Tejero grito en el parlamento ¡quieto todo el mundo!

Unos días antes el Sr. Calvo Sotelo no había sido elegido presidente y a los pocos días fue elegido casi por unanimidad.

Que mal lo pasaron algunos diputados. En cambio otros como el señor Carrillo ni se inmutaron, parece que se lo esperaran, ¿Por qué sería?

Recuerdo como el ministro forcejaba con Tejero queriendo tirarlo al suelo y no lo consiguió.

Hay cosas sospechosas en todo este asunto, y que uno no acaba de tragar. Pero es mejor dejar de hacer cábalas porque de lo contrario habría que sacar muchas cosas a relucir y solo conseguiríamos enredar más la madeja.

El veintitrés de febrero
Sonó un grito desde el suelo
O, desde el cielo
Pero un grito sonó.
Eso es cierto, porque mi menda lo hoyo
Y también el parlamento
Unos, locos de contentos
Otros no.
Pero a muy pocos días
De toda esta escaramuza
Que corrió, como aceite de la alcuza
El parlamento votó.
¿Y que es lo que votaron
si casi no se notó?
Votaron al presidente,
Calvo Sotelo ganó.
Vaya lío bien liado
Yo me lo había tragado
Pues si tu te lo tragaste
Dime ¿y quien no?
No sabría responderte
Pero no lo veo claro
Dejando el tejero a un lado
Esto ¿Quién lo organizó?
Había que dar la nota
Para elegir presidente
Y sin presumir de Valiente
Esa nota bien se dio.
Que valiente fue el Valiente
Que a Tejero se enfrentó
Y que bien hizo la nota
Menudo cabeza rota alguien llamó.
Pero fuera como fuese
Y para que algo valiese
Tal como aquí se relata sucedió
Y si alguien no lo ve claro…como Yo

Yusepe