Mira, simplificar es precisamente decir que unos eran idealistas y buenos (supongo que los tuyos), y otros malos, que se movían por dinero. Yo me niego a tomar partido en esto, por que pertenezco a esa inmensa mayoría que en toda España, y por supuesto en Salmerón, padeció la guerra, temió represalias al comenzar, durante, y después de la calamitosa contienda. Familias que sufrieron que sus hombres fueran llevados al frente A LA FUERZA en ambos bandos, y cuya única Bandera e Ideal era volver a ver a los suyos. Gente que no participó ni en los asesinatos del comienzo de la guerra ni en los del final, que en ambos momentos temió que les pudiese tocar, y les parecía mal todo aquello. Si hay algo simple, ridículo, e incluso peligroso es intentar resucitar fantasmas de un pasado afortunadamente irrepetible, y resulta patético intentar ganar la guerra de nuestros abuelos.
Te repito, no puedo tomar partido, ni creo que tenga hoy sentido ponerse a comparar y medir el calibre de las barbaridades o los asesinatos. Lo que queda es lamentar aquella inmensa calamidad, aprender de cómo y porqué se produjo, y no olvidarlo; por mi parte, y así empecé a comentar, me encantaría haber conocido la iglesia como estaba ese día.aunque solo fuese por que se hubiese evitado todo lo posterior.
Te repito, no puedo tomar partido, ni creo que tenga hoy sentido ponerse a comparar y medir el calibre de las barbaridades o los asesinatos. Lo que queda es lamentar aquella inmensa calamidad, aprender de cómo y porqué se produjo, y no olvidarlo; por mi parte, y así empecé a comentar, me encantaría haber conocido la iglesia como estaba ese día.aunque solo fuese por que se hubiese evitado todo lo posterior.