Al SANTIUSTE rural de la Alcarria.
En un lugar y un momento
en un pueblo de la vieja Alcarria,
dices llamarte Santiuste
ese de inviernos frios
donde la naturaleza rezume
con los ritos de la vida.
Aquella quién la vivió
del encanto dominado
traen recuerdos del arado y la paja
utilizando la arcilla moldeada
para los menesteres de la vida.
Yo me pongo en esa tierra
en el trasiego azaroso cada día,
para domar las raras energías,
grito fiel a la evidencia
que todo lo humilde cada día
funciona sin conciencia.
Qué lujo de nostalgias,
entre el transcurso de los tiempos,
en aquella tierra donde nació
la que hoy comparto el amor,
ambos juntos los dos.
Ya sé que usted desconfía
de la historia en esa villa
y le animo a contemplar
ese Santiuste actual
donde podrá divisar
con cada nuevo despertar
la naturaleza real.
José J. C.
En un lugar y un momento
en un pueblo de la vieja Alcarria,
dices llamarte Santiuste
ese de inviernos frios
donde la naturaleza rezume
con los ritos de la vida.
Aquella quién la vivió
del encanto dominado
traen recuerdos del arado y la paja
utilizando la arcilla moldeada
para los menesteres de la vida.
Yo me pongo en esa tierra
en el trasiego azaroso cada día,
para domar las raras energías,
grito fiel a la evidencia
que todo lo humilde cada día
funciona sin conciencia.
Qué lujo de nostalgias,
entre el transcurso de los tiempos,
en aquella tierra donde nació
la que hoy comparto el amor,
ambos juntos los dos.
Ya sé que usted desconfía
de la historia en esa villa
y le animo a contemplar
ese Santiuste actual
donde podrá divisar
con cada nuevo despertar
la naturaleza real.
José J. C.