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La catedral de Santa María, SIGUENZA

Se trata de una magnífica obra que comienza a construirse en 1124 por el obispo Bernando de Agén, quien conquista la ciudad a los musulmanes en tiempos de Doña Urraca. Bernardo, obispo y guerrero murió en el campo de batalla en 1152.
La catedral contiene elementos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. Durante la guerra civil española sufrió importantes daños y como consecuencia, grandes transformaciones como el cimborrio que se levantó en el eje del crucero.
Tiene planta de cruz latina, con tres naves y girola. En su interior alberga obras admirables como el retablo de Santa Librada, una magnífica conjunción de arquitectura, escultura y pintura, mandado realizar por el obispo Fadrique de Portugal en 1518 y el famosísimo mausoleo del Doncel, en cuya capilla sobresale también el sepulcro renacentista de sus padres, Fernando de Arce y Catalina de Sosa. El sepulcro del Doncel es la pieza más reconocible de la catedral y una de las obras maestras de la escultura funeraria.
No podemos olvidar el retablo gótico realizado en 1440, de San Juan y Santa Catalina que se muestra incompleto porque alguna de sus tablas se guardan en el Museo del Prado y la sacristía mayor o de las cabezas, obra excepcional de Alonso de Covarrubias, de 1532, cuya bóveda de medio cañón se encuentra cubierta con casetones, en los que están esculpidas más de 300 cabezas que representan los distintos estamentos de la ciudad, desde obispos a monjes, de guerreros a reyes y de campesinos a nobles. Imposible no hacer mención también del púlpito gótico realizado por Rodrigo Alemán en 1495, en mármol blanco, encargado y donado por el cardenal Mendoza, siendo obispo de la sede seguntina.