Buenos días. Primero, nuestra condolencia por el fallecimiento de Pedro Cid, Cura, y nuestro convecino y
amigo.
Después, el deseo de que hoy, a las 12 de la
noche, nos levanten un poco la mano para poder movernos donde nos plazca, y nosotros correspondamos con la mesura que estos nuevos tiempos nos deparan, y que presumo que van para largo.
cordiales saludos para todos, y como decía mi abuelo. ¡Animaros!.