Hace más de cincuenta años visitaba por primera vez este noble pueblo en compañía de mi padre como vendedores ambulantes de tejidos. Mi padre era Félix de la Fuente y yo Antonio de la Fuente. Como refiero anteriormente, serían más de cincuenta años los que visitáramos semanalmente el pueblo, siendo muy bien acogidos por los vecinos. También fueron muchos los años que me acompañara mi hermano Carmelo. El edificio en cuestión, según mis primeras informaciones procedentes de los dueños y habitantes de entonces, Agustín y Remedios, había sido palacio de reyes, aunque no recuerdo cuales; lo que sí recuerdo es de una capilla en el piso de arriba que conservaba, según ellos, las primeras pinturas con que fuera decorada. Me contaban, que el rey, oía misa desde el balcón central que enfila rectamente al altar mayor, estando las puertas del templo abiertas. Fueron muchos los años que atendí comercialmente a esta familia, como igualmente a todo el pueblo, donde dejé al jubilarme un sin fin de clientes y amigos. También quiero recordar a mi compañero de oficio, Felipe de la Sen, con quien compartí mesa muchísimos años en el bar de nuestros inolvidables amigos Anselmo, Maria, Mari y Mariano. Firmado: Antonio de la Fuente Torrontero. 12 junio 2007.