A MI ABUELO ANTONIO BENITO EN EL RECUERDO
SIN ROSAS EN LA DISTANCIA
Y SIN PALABRAS
No hubo rosas, siento en la distancia,
Anegada de lágrimas, ni palabras
En tu tierra silenciosa de tardío vino.
Solo moras en las zarzas del silencio,
Aún dulces, despreciadas de olvido.
Vuelvo con los ojos ya secos,
Con el alma sembrada de violetas
Recitando mis versos en primavera,
Sembrando en las tinieblas, luz.
Avistando en la espesura tu recuerdo.
Tu nobleza, de un digno hijo de tu tierra
Nacido para derramar su sangre castellana
Por los campos del olvido, y hoy recito
En tu recuerdo con las rosas insertadas en palabras.
En honor, a ti, plegaria, de vivir con tu recuerdo.
Donde no hubo rosas, hoy las siembro de esperanza.
Rosas rojas por tu sangre tan espesa,
Tan llena de recuerdos, tan marchitos de ternura
Cuando el campo asoló de golpe y cortó tus ilusiones.
No naciste para el odio, se nace para amar
Y viviste un amor y una esperanza
Cuando el amor estaba desterrado ya.
Un amor espeso, como la oscura sangre
Que dio sus frutos, pero no el pan suficiente
Para que el llanto no estallara.
Y me voy con el alma desolada
Dejando mi amor en el verano
Y mis frutos de una encendida primavera
Pero sin rosas y palabras, tu nos decías
Cuando leíamos en tu triste y azul mirada;
Sin azahares en la amada novia.
En una España sin palabras, sin niños en las escuelas
Porque no hubo para ti, ni desnudas letras.
Carmen García ... (ver texto completo)
SIN ROSAS EN LA DISTANCIA
Y SIN PALABRAS
No hubo rosas, siento en la distancia,
Anegada de lágrimas, ni palabras
En tu tierra silenciosa de tardío vino.
Solo moras en las zarzas del silencio,
Aún dulces, despreciadas de olvido.
Vuelvo con los ojos ya secos,
Con el alma sembrada de violetas
Recitando mis versos en primavera,
Sembrando en las tinieblas, luz.
Avistando en la espesura tu recuerdo.
Tu nobleza, de un digno hijo de tu tierra
Nacido para derramar su sangre castellana
Por los campos del olvido, y hoy recito
En tu recuerdo con las rosas insertadas en palabras.
En honor, a ti, plegaria, de vivir con tu recuerdo.
Donde no hubo rosas, hoy las siembro de esperanza.
Rosas rojas por tu sangre tan espesa,
Tan llena de recuerdos, tan marchitos de ternura
Cuando el campo asoló de golpe y cortó tus ilusiones.
No naciste para el odio, se nace para amar
Y viviste un amor y una esperanza
Cuando el amor estaba desterrado ya.
Un amor espeso, como la oscura sangre
Que dio sus frutos, pero no el pan suficiente
Para que el llanto no estallara.
Y me voy con el alma desolada
Dejando mi amor en el verano
Y mis frutos de una encendida primavera
Pero sin rosas y palabras, tu nos decías
Cuando leíamos en tu triste y azul mirada;
Sin azahares en la amada novia.
En una España sin palabras, sin niños en las escuelas
Porque no hubo para ti, ni desnudas letras.
Carmen García ... (ver texto completo)