Hacia 1710 parece ser que ocurrió un hecho milagroso en relación con un cuadro de
San Francisco de Asís, en el cual dicen que se veía a San Francisco llorar lágrimas de sangre. Concretamente este episodio ocurrió el primero de Noviembre de 1705 durante la guerra de Sucesión cuando el
ejercito austriaco entró en la ciudad de Molina.