Se cogen los ingredientes de la sopa castellana con el ajo, el huevo y todo lo que se quiera y se ponen en una perola a fuego lento. En un aparte otro plato con unas lonchas de jamón de bellota con aceitunas de aragon. Se sirve la sopa bien caliente a los comensales invitados en el comedor mientras el anfitrión se retira discretamente a la cocina con cualquier excusa de andar por casa. Y a disfrutar con un buen somontano ligeramente frío. Afuera vino peleón y van que chutan. Completará el refrigerio un postre casero (lo tomara cada cual en su casa).