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El verano pasado hicimos una visita a este bonito pueblo. Salimos por la mañana de casa, desde Las Anclas, en Pareja, con la idea de hacer una ruta más, encuadrada en "Mis rutas por La Alcarria".
Cuando entramos en el pueblo, habiendo estado viendo antes el balneario, concordamos mi mujer y yo que era precioso, y eso que no habíamos visto nada apenas.
Ya pasando sobre el puente se comienza a disfrutar de su belleza y paisaje urbano. Paredes antiguas de piedras, edificios preciosos, calles, rincones y, sobre todo, la zona perteneciente a los saltos del Cifuentes, a su entrada en el pueblo y antes de desembocar en el Tajo. Ahí hay unos cuantos ricones arquitectónicos preciosos.
Este tramo tiene una vegetación y una belleza natural epatante, dignas de mención especial y de ser reproducidas en algún film sobre vergeles, selvas e incluso paradisíaco.
Bajamos a la vera del Tajo y nos encontramos con otra selva de álamos, bambús, juncos y otras hierbas, tanto altas como bajas. Si miras a la izquierda, el puente quizás romano, -o al menos lo parece- y si lo haces hacia la derecha, el recorrido del Tajo discurriendo entre la vegetación, por entre la cual, por entre las ramas de los álamos, se filtraban los rayos solares y se reflejaban en el agua haciendo bellos destellos.
Un regalo para la vista. Y para los oídos, los cantos de los pájaros, que aun sin verlos, deleitan ambos sentidos.
Desde un cerro cercano, donde estuvimos antes de seguir hacia Gárgoles de Abajo, para continuar la ruta de ese día, hicimos unas fotos al pueblo, teniendo de fondo las Tetas de Viana perfilando el horizonte montañoso, donde unos minutos antes habíamos estado.
Aun nos faltaban bellezas que admirar en nuestro recorrido. Aunque ya llevábamos vistas unas cuantas desde que comenzamos por la mañana en Chillarón del Rey, en los pueblos que siguieron antes de llegar a Cifuentes también las había. Claro que aquí le pusimos al pastel su guinda.
De "Mis rutas por La Alcarria"
AdriPozuelo
Cuando entramos en el pueblo, habiendo estado viendo antes el balneario, concordamos mi mujer y yo que era precioso, y eso que no habíamos visto nada apenas.
Ya pasando sobre el puente se comienza a disfrutar de su belleza y paisaje urbano. Paredes antiguas de piedras, edificios preciosos, calles, rincones y, sobre todo, la zona perteneciente a los saltos del Cifuentes, a su entrada en el pueblo y antes de desembocar en el Tajo. Ahí hay unos cuantos ricones arquitectónicos preciosos.
Este tramo tiene una vegetación y una belleza natural epatante, dignas de mención especial y de ser reproducidas en algún film sobre vergeles, selvas e incluso paradisíaco.
Bajamos a la vera del Tajo y nos encontramos con otra selva de álamos, bambús, juncos y otras hierbas, tanto altas como bajas. Si miras a la izquierda, el puente quizás romano, -o al menos lo parece- y si lo haces hacia la derecha, el recorrido del Tajo discurriendo entre la vegetación, por entre la cual, por entre las ramas de los álamos, se filtraban los rayos solares y se reflejaban en el agua haciendo bellos destellos.
Un regalo para la vista. Y para los oídos, los cantos de los pájaros, que aun sin verlos, deleitan ambos sentidos.
Desde un cerro cercano, donde estuvimos antes de seguir hacia Gárgoles de Abajo, para continuar la ruta de ese día, hicimos unas fotos al pueblo, teniendo de fondo las Tetas de Viana perfilando el horizonte montañoso, donde unos minutos antes habíamos estado.
Aun nos faltaban bellezas que admirar en nuestro recorrido. Aunque ya llevábamos vistas unas cuantas desde que comenzamos por la mañana en Chillarón del Rey, en los pueblos que siguieron antes de llegar a Cifuentes también las había. Claro que aquí le pusimos al pastel su guinda.
De "Mis rutas por La Alcarria"
AdriPozuelo