Pueblo de pocos lujos, posee
rincones entrañables que merece la pena ver, La
plaza principal, presidida por el
ayuntamiento y en cuyo centro se encuentra bien conservada sobre unas escalinatas la antigua
picota de ajusticiamiento con cuatro leones rugiendo.
La
iglesia del pueblo, de construcción
románica, pequeña y baja de techos, con un
soportal de
arcos y en su interior una
virgen trono
medieval, destaja la vieja viga de madera que sujeta los
coros, de gran
antigüedad y en la que se descubrió una pintura de un
dragón de importancia histórica.
Junto a la Iglesia hay un bonito callejón al que se accede bajo un
arco que adorna un
escudo noble medieval de
piedra bien conservado, dentro es bonito sentir el silencio en esa callejuela con sus
casas bajitas de aspecto onírico.
En la
carretera de
Torija se encuentra la
Ermita de factura en piedra con dos bancos donde charlar en las
noches de
verano.
Al bajar al
lavadero encuentras entre un inmenso verdor otra pequeña ermita cerrada y más abajo el lavadero y el antiguo
molino, muy bien conservados y preparados con
barbacoas para el disfrute de quien lo desee... Y la
fuente'mora' de los ocho
caños, de la que brota
agua de un manantial que ni en los años de más sequía se ha llegado a secar.
Este pueblo tiene
calles estrechas y empinadas y las casas en su mayoría están hechas recientemente con
fachadas de piedra todas ellas con parras o rosales trepaderas que en
primavera florecen en todo su esplendor y adornan el pueblo entero con infinidad de sutiles fragancias y
colores y formas dispares de sus rosas.
Monumento también es cada
rincón de sus
campos aledaños, allá donde escojas salis a pasear verás
naturaleza en todo su esplendor, campos de cebada salpicados de
amapolas,
montes abruptos donde pasear entre
arboles y zarzas llega a ser difícil,
senderos que bajan al
valle donde encontrarás viejas
fuentes de principios de siglo con
aguas de manantial
helada.
Un águila que siempre anda sobrevolando esos montes, conejos, perdices, y monterías algún que otro domingo es digno de disfrutar.
A escasosos diez kilometros de Lupiana, en dirección a Brihuega. Stuado al final de una estrecha carretera de pronunciadas curvas y grandes barrancos, donde disfrutar de variados paisajes de olivos, siembras, frutales y sierra virgen. No es difícil levantar en sus curvas parejas de perdices o con un poco de suerte ver como atraviesa frente a tí un hermoso jabalí o un corzo, que por esos lugares de sierra viven salvajes.
De reciente construcción, el nuevo ayuntamiento se compone de dos plantas con un balcon a la plaza principal donde se hace el pregón de las fiestas de la patrona. Su fachada enseña el escudo del pueblo y tiene en su esquina derecha una pequeña fuente de agua siempre fresca donde abrevan los toros cuando se sueltan en el encierro... A su espalda se encuentra el pequeño centro cultural, lugar de reunion obligada de los pocos valientes que en el rigor del invierno se atreven a pasar el fin de semana y a reunirse para las tradicionales partidas de mus...
No es pueblo de estancia pues apenas poblado carece de ninguna tienda, si dispone de bar, casa rural y restaurante, pero merecen la pena sus fiestas o desviarse en el camino para contemplar sus construcciones, paisajes y caminos, en invierno si nieva es zona donde fácilmente cuaja y pronto se queda aislada y no se puede salir por carretera, sus caminos agrestes son buenos para el senderismo y la bici, y los que bajan al valle del río son muy usados el fin de semana por aficionados al trial por lo bueno de su trazado, como naturaleza encontareis todo tipo de chopos, encinas, olivos, zarzas... y fauna tan dispar como ardillas, jabalíes, conejos perdices, algún corzo y aves rapaces.
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