Amigo Manuel, como ves, mi entrañable pueblo... pese a todo, no es el tuyo: aquel que dejaste al igual que yo el mío. Tu siempre tienes algo que decir, de tu tierra, y de la que te ganaste la vida, que por cierto, por ahí y alrededores, habitan los descendientes de mi pueblo: esos "silenciosos muchachos, en esta página" que sin embargo, yo si les conozco alegres, alumbrando dentro de lo que cabe... lo que en invierno se parece a un desierto. Lamento que lo sea esta página. Lo lamento y una vez mas, ... (ver texto completo)