! Decepcionante! Y siento tener que comenzar de esta manera, al igual que siento, responderme a mi mismo, puesto que nadie, ha respondido a los últimos mensajes. Entiendo que al no se conocido por la generación que me siguió y mes cercana, mis historias, mis vivencias, en la época en que estamos (consumismo salvaje y perdida de otros valores) no "quede tiempo" para detenerse, en lo que algunos calificarán de historias sin interés. Apliquemos eso de "Nadie es profeta en su tierra."
Yo se que hay algo mas que eso: una pregunta y exclamación. ¿Quien es este tío y que nos cuenta este tío?
Pues este "Tío" es ni mas ni menos, alguien que de su pueblo, siempre tiene algo que contar: arrastro albarcas, y buscó nidos. Fuera uno mas, entre un grupo de compañeros de edad en fechorías... propias de los niños Alguien que tiene amor por otros tiempos, en esa tierra áspera y lo sigue teniendo. No quiero ensombrecer las luces de otros, por el simple hecho de satisfacer mi ego. Por esta razón dejaré de hablar en primera persona, hoy y contar una historia, sencilla pero real, de alguien que dejó ese cerro.
Me encuentro, delante del ordenador, y sin embargo, me traslado a tierras africanas. A tierras africanas, con un muchacho, enormemente felíz: a una de sus historias.
<<< Mayo, de 1958, Sidi Ifni: Una montaña, frente a el mar, llamada Buyarifen. Pulgas, muchas pulgas en la posición, y los moros que sin dejarse ver, casi todas las mañanas, saludaban con unos disparos,
Una posición en un cerro, y unos muchachos de 18 a 22 años, comidos por las pulgas, la suciedad, lo que el mundo sigue mostrando: Guerras. de aquella se habló poco, pero si quedarían cerca de 300 muertos por aquellas tierras, ásperas, entre gentes que tal vez, al igual que aquel muchacho se preguntaban " ¿Que hago yo aquí, y porque disparo a quien ni tan siquiera conozco?
Había niebla, aquella noche, y a el muchacho de nuestra historia, le tocaría la misión de escucha, a eso de la media noche. Una cuerda, desde la posición de una de las ametralladoras, era su contacto con el mundo, y... su pensamiento: sus memorias y nostalgias. En el pueblo en el que había nacido, se celebraba la fiesta de La Virgen de la Vega. No era muy creyente, nuestro protagonista, pero sin embargo, entre la niebla, ruidos sospechosos, que podrían haber sido provocados por el viento, le llevaron a pensar lo peor. Los tirones, convenidos, a la cuerda... ninguna respuesta.
Aparecerían en medio de la noche, escenas de su niñez: escenas tristes y alegres, aventuras con la pandilla de amigos, las familias en la vega reunidas, bajoo los chopos del Tajuña... Padres y amigos que abandonaría años antes aparecerían en ese instante, en que su mundo, se reducía, a un rincón entre matorrales, e ignorado, por el resto del mundo. Es uno de esos instantes, en que de pronto nace una nueva experiencia. aparecen a la memoria ruidos y silencios... el drama desde siglos. Hasta, pensaba aquel muchacho, en la muerte que acechaba, con vivencias niñas: no tenía miedo, solo se preguntaba, el porque se empeñan los hombres en que las palomas huyan asustadas.
Era la Virgen de la Vega, y hacía muchos años, que ya no bajaría hasta "la casilla" y si recordaba la última vez.
En la posición solo portaba cuatro granadas, con una en la mano, trepó sin hacer ruido, hacia el puesto de ametralladora, no sin repetir los tirones de la cuerda. esta no cedía, mas arriba, a escasos metros, nadie respondía. Ültimos metros, y... un bulto acurrucado, y la cuerda atada a la pata de la ametralladora. El compañero, un muchacho de Murcia, dormía. Y solo se le ocurrió decir: "me he dormido". El muchacho de nuestra historia calló. se hizo el relevo, y ya en el refugió de circunstancias, nuestro protagonista, comentó:
"! He tenido suerte, ahí llega el teniente! El otro callando el mal rato pasado, antes de quedar dormido, comentó. Estos días en mi pueblo es la fiesta de la Virgen de la vega. Y se quedó dormido, no sin antes pelear con las pulgas que abundaban en el refugio.>>>
Esta historia, sería publicada, en "Boina negra" (revista paracaidista) sin mencionar el nombre que quien, puso en riesgo a sus propios compañeros. El protagonista de ella, lograría un permiso, y se personó, en la Vega del Tajuña. Fuera una de las cuatro veces que solo recuerda.
Solo quería señalar, unos momentos de experiencias, en la soledad de muchos siglos. la experiencia de un muchacho, que a muchos kilómetros de distancia, viviría, una historia, que no es cuento para contar que de otra manera a los niños.
Yo se que hay algo mas que eso: una pregunta y exclamación. ¿Quien es este tío y que nos cuenta este tío?
Pues este "Tío" es ni mas ni menos, alguien que de su pueblo, siempre tiene algo que contar: arrastro albarcas, y buscó nidos. Fuera uno mas, entre un grupo de compañeros de edad en fechorías... propias de los niños Alguien que tiene amor por otros tiempos, en esa tierra áspera y lo sigue teniendo. No quiero ensombrecer las luces de otros, por el simple hecho de satisfacer mi ego. Por esta razón dejaré de hablar en primera persona, hoy y contar una historia, sencilla pero real, de alguien que dejó ese cerro.
Me encuentro, delante del ordenador, y sin embargo, me traslado a tierras africanas. A tierras africanas, con un muchacho, enormemente felíz: a una de sus historias.
<<< Mayo, de 1958, Sidi Ifni: Una montaña, frente a el mar, llamada Buyarifen. Pulgas, muchas pulgas en la posición, y los moros que sin dejarse ver, casi todas las mañanas, saludaban con unos disparos,
Una posición en un cerro, y unos muchachos de 18 a 22 años, comidos por las pulgas, la suciedad, lo que el mundo sigue mostrando: Guerras. de aquella se habló poco, pero si quedarían cerca de 300 muertos por aquellas tierras, ásperas, entre gentes que tal vez, al igual que aquel muchacho se preguntaban " ¿Que hago yo aquí, y porque disparo a quien ni tan siquiera conozco?
Había niebla, aquella noche, y a el muchacho de nuestra historia, le tocaría la misión de escucha, a eso de la media noche. Una cuerda, desde la posición de una de las ametralladoras, era su contacto con el mundo, y... su pensamiento: sus memorias y nostalgias. En el pueblo en el que había nacido, se celebraba la fiesta de La Virgen de la Vega. No era muy creyente, nuestro protagonista, pero sin embargo, entre la niebla, ruidos sospechosos, que podrían haber sido provocados por el viento, le llevaron a pensar lo peor. Los tirones, convenidos, a la cuerda... ninguna respuesta.
Aparecerían en medio de la noche, escenas de su niñez: escenas tristes y alegres, aventuras con la pandilla de amigos, las familias en la vega reunidas, bajoo los chopos del Tajuña... Padres y amigos que abandonaría años antes aparecerían en ese instante, en que su mundo, se reducía, a un rincón entre matorrales, e ignorado, por el resto del mundo. Es uno de esos instantes, en que de pronto nace una nueva experiencia. aparecen a la memoria ruidos y silencios... el drama desde siglos. Hasta, pensaba aquel muchacho, en la muerte que acechaba, con vivencias niñas: no tenía miedo, solo se preguntaba, el porque se empeñan los hombres en que las palomas huyan asustadas.
Era la Virgen de la Vega, y hacía muchos años, que ya no bajaría hasta "la casilla" y si recordaba la última vez.
En la posición solo portaba cuatro granadas, con una en la mano, trepó sin hacer ruido, hacia el puesto de ametralladora, no sin repetir los tirones de la cuerda. esta no cedía, mas arriba, a escasos metros, nadie respondía. Ültimos metros, y... un bulto acurrucado, y la cuerda atada a la pata de la ametralladora. El compañero, un muchacho de Murcia, dormía. Y solo se le ocurrió decir: "me he dormido". El muchacho de nuestra historia calló. se hizo el relevo, y ya en el refugió de circunstancias, nuestro protagonista, comentó:
"! He tenido suerte, ahí llega el teniente! El otro callando el mal rato pasado, antes de quedar dormido, comentó. Estos días en mi pueblo es la fiesta de la Virgen de la vega. Y se quedó dormido, no sin antes pelear con las pulgas que abundaban en el refugio.>>>
Esta historia, sería publicada, en "Boina negra" (revista paracaidista) sin mencionar el nombre que quien, puso en riesgo a sus propios compañeros. El protagonista de ella, lograría un permiso, y se personó, en la Vega del Tajuña. Fuera una de las cuatro veces que solo recuerda.
Solo quería señalar, unos momentos de experiencias, en la soledad de muchos siglos. la experiencia de un muchacho, que a muchos kilómetros de distancia, viviría, una historia, que no es cuento para contar que de otra manera a los niños.