Loli, Mariano, a todo revolao... de otro que pateó, mil peñascales del lugar, llanuras y cuestas de olivares. A los ausentes que alguna vez pusieron su rezo, en su valle y en su vega. A todo descendiente del cerro, que haya sentido alguna vez el murmullo de Tajuña, serpenteando entre chopos y juncales...
! UN AÑO FELIZ, MIL AÑOS FELICES!
Y que no se a un año mas de palabras invernales.
No mas caminantes tristes, caminando entre piedras, en la tierra herida. no mas hombres fabricando soledades.
Que nazcan belenes nuevos, para día a día caminar en mil bondades, en amistad, solidaridad, amor y alegría.
Y que amanezcan, palomas a bandadas: palomas eternas de paz.
Y voladoras golondríanas, se conviertan en manos bondadosas y risueñas, y serenamente doradas como el fruto de la espiga, que crecería antaño en la vega y las llanuras...
Y que de una vez se callen, voces que no labran, y que ponen tanta piedra en el camino.
Y que se destruya tanta herramienta vengativa: tanto alarde de soberbia. Tan to frío provocado, por tanto parásito, y tanto ladrón vestido de osadía... de tanto lujo al lado mismo de la miseria.
Y que no muera por culpa de alguien tanto niño, y que tengan que crecer en su larga senda, sin abrigo.
Que las palabras no acuchillen las palabras.
Y no se escuche, nunca, jamás el llanto herido.
libertad.
! UN AÑO FELIZ, MIL AÑOS FELICES!
Y que no se a un año mas de palabras invernales.
No mas caminantes tristes, caminando entre piedras, en la tierra herida. no mas hombres fabricando soledades.
Que nazcan belenes nuevos, para día a día caminar en mil bondades, en amistad, solidaridad, amor y alegría.
Y que amanezcan, palomas a bandadas: palomas eternas de paz.
Y voladoras golondríanas, se conviertan en manos bondadosas y risueñas, y serenamente doradas como el fruto de la espiga, que crecería antaño en la vega y las llanuras...
Y que de una vez se callen, voces que no labran, y que ponen tanta piedra en el camino.
Y que se destruya tanta herramienta vengativa: tanto alarde de soberbia. Tan to frío provocado, por tanto parásito, y tanto ladrón vestido de osadía... de tanto lujo al lado mismo de la miseria.
Y que no muera por culpa de alguien tanto niño, y que tengan que crecer en su larga senda, sin abrigo.
Que las palabras no acuchillen las palabras.
Y no se escuche, nunca, jamás el llanto herido.
libertad.