VALFERMOSO DE TAJUÑA: Un escrito aparecido en "Pueblos de España, hace unos...

Un escrito aparecido en "Pueblos de España, hace unos tres meses, hacía mención a mi persona, e inclusive, (me pareció extraño) uso mi firma, esto carecería de importancia, si el contenido de el escrito, reflejaba que me conoce sobradamente. Y, como aseguraba que escribo poco en el pueblo que me vio nacer, respondería que a penas se me conoce salvo los de mi edad, y que al no encontrar eco, solo de vez en cuando, "entro y me quedo" con algunos de mis escritos. Ayer mismo he pisado las tierras que me vieron nacer, y regresado, con apenas unos saludos entrañables, y visita a mis primos. Muy "liados" con las fiestas en las que me hubiese gustado quedarme. Aún así puede que participé el día de la romería, por un hecho que me sucedió en el año 58; en estas mismas fechas. Creo que llegué a Ifni pasadas las Navidades del año 57: alguien podría confirmarme esto... Una travesía de varios días por las costas del Sahara, en una barcaza de desembarco, creo francesa, con escasez de alimentos,, frío durante las noches y suciedad que se iba acumulando, llegamos a las costas de ifni, cinco exparacaidistas del EA. para incorporarnos a la Primera Bandera. Era un sabado cuando las siete altas olas, nos acogieron empapamdo nuestros maltrechos cuerpos. Una caja de mauser se tragó el mar, se comentaba. Al día siguiente (creo) muy de mañana, al pieé de una ametralladora, me ví en las laderas que parten desde el mar, a la izquierda de la ciudad (primera compañía y la quinta de harmas pesadas, a la que fui destinado., Iniciada la ladera, cayeron tres granadas de mortero... me ahoro contar lo que siguió, si resaltar que mi ametralladora se encasquillo. Que la primera compañía, acababa de pasar, por donde se estrellaron las granadas de mortero, y que...
¿que sentí? Difícil de explicar. si me lo he explicado mas tarde, cuando me di cuenta de la torpeza de los hombres. El resto, hasta el Mes de Mayo. todo fue una rutina. cartas con las que llamábamos madrinas de guerra, y algún comentario sobre muertos de compañeros de la II bandera y alguno de la I. A mediados de Abril fui destinado a una posición en el Buyarifen. Allí fué destinada mi compañía: 8 morteros, cuatro cañones sin retroceso, y ocho ametralladoras, una de ellas "mi inseparable amiga. (Señalar que sobre lo que sigue ya escribí en "Boina Negra" y que este numero de la revista me gustaría tener, al igual que aún conservo otras)
Era en mi pueblo la fiesta de La Vingen de la Vega. La especie de trichera, era estrecha y poco profunda. Algunas mañanas, unas balas silbantes, pasaban por encima de nuestras cabezas. Un día me quede sin la cantimplora de agua y pretendí lavan la camisa en la parte desmontable del casco. y solo logré teñirla color chocolate. tal era la cantidad de pulgas, que nos acribillaban pese a tener una cuerda apretada a el cuello, para evitar que entraran. Era suficiente pasara la mano por la tierra seca y molida de el refugio donde dormíamos, para mover la polvoreda que levantaban en sus saltos. La noche de la romería, me tocó de escucha.! que lejos me decía... y otra muchas cosas! Una cueda de unos 20 metros, era cuanto me unía de aquella zanja el las que estaban instaladas las ametralladoras, y servía como señal de alerta o silencio si no había ningún ruido extraño. Había niebla, que la empujaba un viento suave hacia el oeste... sentí ruido y me pareció que algo se movía. Tire´de la cuerda hasta tensarla y luego los tirones de alerta convenidos: nada. Volví a tirar de la cuerda y nada... y luego fuertemente. Que cada cual piense lo que quiera, pero yo me sentí muy solo. desfilaron imágenes de mis años niños, de mi vida en Madrid, de mi pueblo y sus fiestas esos día: todo en segundos, los que permanecí quieto. los que me hicieron reacionar y pensar lo peor. pensé en mi compañero: en lo peor en aquel muchacho de, murcia, que solo a unos 20 metros, al pie de la ametralladora, debía responder a mi llamada. Trepé silenciosamente arrastrándome entre los matojos, y llegué hasta el parapeto, sin soltar la cuerda... esta estaba atada a una pata de la ametralladora, y mi compañero, dormía plácidamente: le afeé su actitud.
Amaneció. por el visor de el caños si retroceso, al día siguiente. mientra pensaba en La Romería, y me decía:! que extraño es el destino, abajo, en un valle, hacia unas parcelas verdes, veía como pasaban de vez en cuando bultos, no precisamente blancos, como habitualmente visten los moros, sino de color de uniforme. A la derecha teníamos, localizada una posición... cuando el teniente Casinello pasó por nuestra posición le comunique los hechos y me explico que nada se podía hacer, por no se que de Naciones Unidas... Sin embargo a la puesta del Sol que se perdía a nuestras espaldas... orden de fuego de los cañones sin retroceso. La posición de los moros, quedó desbaratada, En alguna parte había cañones de gran calibre. Una construcción blanca en el valle, fue alcanzada y por un gran boquete entre el polvo, alguien sato a toda prisa.
Pocos día después unos soldados de remplazo, nos relevaron, Sus monos anchos, permitían, la entra de la pulgas. Sentí pena, y ese compañerismo, que solo en el ejercito se adquiere.
Regreso a Las Palmas a los pocos días, y hotel de cuartel en la Isleta... creo que fueron diez meses.
Mientras tanto, ascendí, y ya en Alcalá de Henares, me acerqué a la Romería. Creo que ofrecí por unas cintas
: aún tenía alma de creyente.
Y como en esta Romería estuvo presente, la persona que escribió el mensaje, pediría por última vez que de algún modo se identifique: Aún así y puesto que me lee, y conoce mi historia, quiero expresar, hoy y siempre mi agradecimiento.
LIBERTAD.