Arancar el esparto; pregunta a papá "maete" y te dirá, como este se arrancaba de la mata, que no se da solo en "las dorás" sino también en la ladera norte de el Valecillo... entre otros lugares. Su recolección se hacía, por medio de un palo de el grosor de el dedo pulgar, mas o menos, se daba una vuelta sobre dicho palo y con una o ambas manos se arrancaba. Precisamente, si se pretende arrancar gran cantidad, de una sola vez resulta costoso y hay que titar con fuerza.
! Lastima que ya se haya perdido su forma de trabajar la plaita y derivados, que consistía en una lámina ancha, trenzada en aproximadamente 8 o10 centimetros, que luego se unía para convertirlo en serones, muy útiles para transporatar el estiercol a lomo de las caballerías. También servía para otros muchos menesteres. Asi mismo se hacían, espuertas, cestos, posones, aguaderas y hasta sogas y atillos, para atar la mies, Para esto se cocía el esparto y se le machacaba, su tallo, a fin de darle suavidad. Y entre teje he ilvana de las mujeres, transcurrían los inviernos, al amor de la lumbre como decían nuestros abuelos.
Me dice hoy alguien de mi familia, que ha sacudido una fuerte, tormenta habiendo arrasado los huertos. No se si he pasado por el pueblo, una gran aventura que sufrí un día en el Valecillo en que tuve que esperar hasta el anochecer, para pasar al otro lado, por la cantidad de agua que bajaba balle abajo.
Aquí, mi pequeña huerta y sus frutales se han librado, así como la escasas hortalizas. Sin embargo, puedo decirte que al otro lado de el Tajo, las ha hecho pardas. Ttra granizada, se deshizo la nube a solo tres kilometros. Hoy cuatro gotas, mucho viento que refresca el ambiente, y lloviendo cerca.
Abrazos:
LIBERTAD.
! Lastima que ya se haya perdido su forma de trabajar la plaita y derivados, que consistía en una lámina ancha, trenzada en aproximadamente 8 o10 centimetros, que luego se unía para convertirlo en serones, muy útiles para transporatar el estiercol a lomo de las caballerías. También servía para otros muchos menesteres. Asi mismo se hacían, espuertas, cestos, posones, aguaderas y hasta sogas y atillos, para atar la mies, Para esto se cocía el esparto y se le machacaba, su tallo, a fin de darle suavidad. Y entre teje he ilvana de las mujeres, transcurrían los inviernos, al amor de la lumbre como decían nuestros abuelos.
Me dice hoy alguien de mi familia, que ha sacudido una fuerte, tormenta habiendo arrasado los huertos. No se si he pasado por el pueblo, una gran aventura que sufrí un día en el Valecillo en que tuve que esperar hasta el anochecer, para pasar al otro lado, por la cantidad de agua que bajaba balle abajo.
Aquí, mi pequeña huerta y sus frutales se han librado, así como la escasas hortalizas. Sin embargo, puedo decirte que al otro lado de el Tajo, las ha hecho pardas. Ttra granizada, se deshizo la nube a solo tres kilometros. Hoy cuatro gotas, mucho viento que refresca el ambiente, y lloviendo cerca.
Abrazos:
LIBERTAD.