Lo primero: la
fachada tan horrenda que nos han dejado, quitandole lo poco que de su antiguo esplendor le quedaba. Ya hace años, se hizo esa
terraza o balconada, quitando la silleria de la segunda planta, que no se a donde habrá ido a parar.
Luego más tarde, no hace mucho, se quitaron las
escaleras de entrada y se hizo la rampa, que dicen que obligaban a hacerla, pero se podia haber estudiado la manera de no destrozar lo típico. No se, es una idea más. Y luego para
postre ese tejadillo que desentona
... (ver texto completo)