VILLANUEVA DE ALCORON: Tu abuelo Santos, era en Villanueva, como todos los...

Tu abuelo Santos, era en Villanueva, como todos los mayores, "el tío Santos". Venía todos los veranos, hasta el punto que llegábamos a pensar que ya no conicía el invierno. Era alegre y vivaracho. Le gustaba mucho juagar a las cartas y cuando jugaba en compañía de su heramno mayor Agustín, el bar se llenaba de voces, de broncas, de protestas y el ambiente se hacía mucho más ameno con ellos. Le guataba tambien cazar palomas e iba con frecuencia a tirarles al Pocillo Agustín.
Te cuento una anécdota divertida de él. Un año le dio por comprar ancas de rana. En Villanueva jamás había comido nadie ni ancas ni ranas- cosas de americanos- decían, y ofreció a los niños pagarles un real por cada anca (la cuarta parte de una peseta de entonces). Para los chavales aquello era la posibilidad de obtener caramelos de una manera divertida, ¡cazando ranas!. Por la afueras del pueblo había bastantes charcos, y en los noches se oían los cánticos de los batracios, pero... ¡ay!... En aquellos charcos había bastantes más escuerzos o sapos que ranas, y como él no compraba la rana sino las ancas, los chavales se las cortaban tanto a las ranas como a los sapos y luego le quitaban la piel con una cuchilla de afeitar. Aquel verano, el entrañable "tio Santos" se dio un atracón de ancas de sapo, se debió comer más de quinientos, aunque bien es cierto que tambien se comió las de algunas ranas. ¡Cosas de chavales!
Un saludo desde tu tierra.