El buen pastor siempre se confía de aquellas ovejas que saben y conocen donde están los mejores pastos, y llevando en cencerro colgado a sus movimientos de los pasos, y bocado en la hierva, va dando sus repetidos sonidos, siguiendo todo el grupo el mismo orizonte. Cuantos sonidos habrá repetido este cencerro, que hoy forma parte de una historia del pueblo. En las silenciosas noches del verano, en muchas ocasiones, se sentían, junto con el cántico del pastor ó la flauta, como sí de un conjunto músical nos ofrecieran el mejor concierto. Imaginación que no falte....