VILLEL DE MESA
En toda la rivera del
Valle, en plena libertad, en las
fincas, acequias y próximo a los arroyos, los caracoles han sido abundantes, especialmente en tiempos de
primavera y
verano, y los buscadores salen por sus
senderos, después de una
lluvia, llenando sus cestos. Desde los tiempos remotos, siempre fueron buscados, en la oscuridad, con la luz de un candil ó de una vela, hasta que llegaron las linternas. Un buen plato, servido en la mesa, con la salsa y acompañados con el porrón de vino. Que buenos están los caracoles, mojando el buen
pan en la salsa que le acompaña jamón y chorizo.