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VILLEL DE MESA

RECUERDOS DE AQUELLAS VENDIMIAS EN EL LAGAR VILLELERO

LA FAMILIA HERNáNDEZ BAYO-RIVAS CONTINUA CUIDANDO ESTOS PARAJES, QUE REGADOS POR EL RíO MESA, HACEN DE éL SU SEGUNDA RESIDENCIA.

Si nos entretenemos en repasar la historia del vino, llegaríamos a encontrar en sus origenes qué alegra el corazón de los hombres y que a lo largo de los siglos el vino se convirtió, esencialmente, en la dieta de la época, a lo que se uníó la comercialización en lugares distintos.

EL DE VILLEL DE MESA fue testigo de la cata de estos buenos vinos de origen y que hoy aún conserva su nombre. EL LAGAR, en el recuerdo de la historia del molino, donde prensaban los racimos de uva de aquéllas viñas para extraer sus caldos y que, al principio del siglo XX, fueron invadidas por la enfermedad de la filoxera.

EL LAGAR, hoy convertido en zona residencial ajardinada, es donde se hallan expuestas las piezas de la prensa, que en su día formó parte del molino para extraer estos caldos. Todas ellas de madera, con un peso de gran tonelaje y una tuerca de grandes dimensiones, similar al del museo de Chillida de San Sebastián. Otros objetos acompaña a la exposición, como aquellas tinajas del lugar que formaban parte de los hogares para mantener el agua, hasta el año 1952, en que se acometieron a las casas. Una casita del labrador, junto a la vivienda, guarda todos los elementos de aquéllas herramientas que nuestros antepasados hacían servir para trabajar en la tierra.

ILDEFONSO HERNANDEZ LáZARO, a su jubilación, ha encontrado un lugar donde pasar las horas cuidando de su jardín y donde se pueden encontrar toda clase de hortalizas. Haciendo honor al nombre EL LAGAR, innumerables parras adornan con sus racimos todo el entorno. Un entorno por el que circula un abundante caudal de agua, guiada por una acequia por el interior de la finca y por el que a su lado norte circunda el caudal del río Mesa. Una gran alemda prolonga su espacio, junto al palomar que mira hacía la Perona.

A principios del siglo XX, este entorno de EL LAGAR fue adquirido a la familia Rivas, por la familia Bayo. La familia Rivas conserva una calle en el pueblo con su nombre. La familia BAYO, MARIA DEL CARMEN BAYO BAYO, es esposa de ILDEFONSO HERNáNDEZ y sigue conservando la propiedad. Una viznieta de esta familia, Araceli Hernández Bayo, contrajo marimonio con CéSAR MARTíN PéREZ, biznieto de Gregoria Morales Rivas, pequeñas conincidencias que se recogen en esta historia. El nuevo matrimonio tiene su segunda residencia en este bonito paraje, admirado por todos sus visitantes.

Los tiempos pasan y los nombres se conservan en el reucerdo del que fue destinado para ralizar aquéllos trabajos que dieron vida, pero "la filoxera también invade nuestros pueblos" y hubo un cambio en el cultivo de sus tierras.Hay que felicitar al nuevo matrimonio y a los abuelos, que con tanto cariño, han hecho de este lugar, un remanso de paz ( Crónica Nueva Alcarria, 6 ocrtubre 2006, lleva las correspondiente fotografias, de la paronamica de EL LAGAR ).