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VILLEL DE MESA

CARTA A GIL ROMERO COLAS, HOMBRE MUY QUERIDO EN VILLEL DE MESA.

Gil Romero Colás, el amigo de todos, ahora te pedimos que ruegues por nosotros, tu ya has llegado al principio de una vida eterna, ahora nos esperas y, al mismo tiempo nos acompañas por este valle del Mesa.

Por la proximidad de nuestros domicilios en el distrito del Cotanillo, me siento el más próximo. "Gilillo", nombre de su infancia que cariñosamente heredó para quienes durante toda la vida le conocimos, nos dejó cuando el pueblo estaba al completo por coincidir en un final de semana y su traslado hasta el cementerio del día del domingo, día 1 de septiembre, después de participar en la Eucaristica.

Un sábado, día 31 de Julio 2010, por la tarde que el pueblo se volcó a la parte alta lugar donde el velatorio se instaló en casa de su hermana Consuelo. Sus sobrinos, ambos con el mismo nombre Ricardo, que vive en Barcelona pero al momento se encontraba aquí y Ricardito, quien vive en Villel y que fue el que en ningún momento le ha dejado en sus últimos años, por necesitar ayuda. No podía faltar la sobrina Ascensión que llegó desde otro punto de la geografía.

Pero "Gilillo" ha tenido aquello que necesitaba, no solamente en lo material, sino la proximidad de las personas de todo un pueblo y, los pueblos que le han considerado, como de la familia y muy especialmente en la Residencia Hogar, de Villel, donde todas sus cuidadoras y compañeros/as formaban una autentica familia. Pero necesitaba otros cuidados y últimamente fue trasladado a la residencia de Maranchón, por un breve tiempo que pasó en aquellos lugares, hasta llegar el último día de su vida. Sí, regresó a su pueblo, pero con el silencio de toda una vida y quienes oramos ante su cuerpo nos recordó todos sus días.

Cuantas veces recuerdas frases familiares, cuando los padres nos decían, "ya se están marchando los amigos", ahora repetimos las mismas cuando los años van escalando la montaña de la vida terrenal y, subiendo y subiendo hasta llegar a lo alto. Allí, van ocupando el lugar que el Señor a cada uno nos tiene reservado.

Si, una carta es esta que no tiene principio ni fin y que no hay cartero que la entregue. Son muchos los sentimientos y recuerdos que nos has dejado como herencia y, posiblemente en muchas tertulias que formamos en los jardines de la plaza o en otros ambientes de amistad o familiar tu nombre forme parte de nuestras conversaciones.

Crónica por el coresponsal de villel de Mesa. HERMENEGILDO PEDRO LARRAD PÉREZ