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VILLEL DE MESA

El día 5 de febrero falleció Antonia Morales

EL PUEBLO SE CONSTERNA CON LA MUERTE DE ANTOÑITA

Era una mujer muy queria en el pueblo que falleció el día de Santa Águeda

El pasado día 5 de febrero conocimos la triste noticia del fallecimiento de Antonia Morales. En su casa, estuvo acompañada de su esposo Eladio, hijos Eladio-Aurora, Anotnia-Isamael y sus nietos Rubén y Desiré.

El domingo se celebró el entierro, presidido por el párroco local Enrique Herránz Martínez. Durante la eucaristía, su hija Toñi leyó esta emotiva carta: "Madre, este es el momento más difícil que nos ha tocado vivir desde que tú nos trajiste a este mundo. Es el momento de decirte adiós pero estoy segura de que a donde vas, te van a salir a recibir ángeles, arcángeles y un gran coro celestial, para que tú les cantes una jota como se la cantastes a la Virgen del Pilar. Has sido fuerte y luchadora hasta el final, hasta que tu corazón dejo de funcionar. Gracias madre por pasar con nosotros esta Navidad. Gracias madre por haber sido la mejor madre del mundo, por haber estado, todo este tiempo con nosotros.
Nuchas cosas se pueden reemplazar en esta vida, pero una madre jamas. Todos hemos estado junto a ti, noche y día en tu cabecero nos tenías, con ilusión de que aun no te irías. A tu ventana, hasta las palomas venían hacerte compañia. Madre reza por nosotros, por los que quedamos aquí. Protegenmos desde allá arriba como lo has hecho aquí abajo. Y sigue tan guapa como estabas, pide a los ángeles que te peinen y canta de alegría porque seguro que ya te has encontrado con los que tú querías".

El cuerpo de la villelera descansa en el cementerio local.

Al despedir a Antonia y acompañar a sus familiares, no podemos olvidar todas las imágenes y recuerdos que nos deja. Una vida dedicada a la familia, con su bandos municipales y otros anunciando a los recien llegados a la plaza con venta ambulante y, siempre dispuesta ayudar al prójimo.

En estos silencios y sobre el eco de las montañas que bordean a nuestro pueblo, resonará siempre su voz y sus jotas aragonesas.

Como crónista y amigo de la familia, no puedo cerrar estas líneas sin manifestar mi mayor sentimiento. Vecina de mi domicilio en la Avenida de Aragón lugar donde deja sus huellas de tantas subidas y bajadas que cada día realizaba para cuidar a sus animales.

Su esposo Eladio, hijos y nietos expresan su agradecimiento a todos cuantos le han acompañado en estos momentos tan dolorosos.

Crónica en el diario de Nueva Alcarria, Pedro Larrad Pérez, 11 febrero 2011, página 26.