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VILLEL DE MESA

CAPITULO PRIMERO

PARRAFO PRIMER0

Antorcha de Colmeneros, ó tratado económico de Abejas, por D. Josef Rivas y Pérez natural de la Villa del Villel de Mesa

Edidtado en Madrid año 1807. Imprenta de Villalpando.

De la nataraleza de las abejas diferencia y especie de gobierno que siguen.

Las abejas son unos animalillos por su naturaleza laboriosos, y aplicados al acopio de miel, y cera, obras destinadas para regalo y utilidad del hombre, y sobre todo para el culto y alabanza del Todo-poderoso. Son por su naturaleza infatigables, y cuanto mas trabajan estan más virogorosaas y lucidas. No se pueden censurar por olgazanas ni perezosas porque repugna á su natural constitución. Jamas arman discordias entre sus hermanas (fuera del caso de elección soberana) y defienden con igual valor sus intereses, que á su cabeza, reyna ó directora, dando liberalmanete la vida por aquella cuando la necesidas lo pide. Profesaan un amor grande, sumisión y obediencia á su soberarna, con quien componen un proyecto gobierno en lo que cabe. Este gobierno es á modo de monarquico; pues no permiten ser goberenadas mas por un jefe, á quien se da comunmente el nombre de reyna porque todo lo rige; por otra parte maestra, porque es la guia y directora de todas las abejas. Son naturalmente castas, pues carecen de sexo, y están reputadas por neutras según las observaciones mas exáctas, aunque no todos sienten lo mismo de maestra. Sampil en su nuevo plan de colmenas es de parecer que la maestra se mezcla con los zánganos, y de su coito queda fecundada para la procreación de las abejas, según las observaciones en sentir mio, no han sido las más exáctas, y pienso reflutar esta opinión con tres breves reflexiones. Supongo, y es evidente que las abejas son muy sabias y pronómicas en su gobierno, como ellos mismos confiesas. ¿Pués cómo matan los zánganos, que en sentir de Reaumur son el princpio de su ser? Si los zánganos, que en sentir de Reaumur son el principio de su ser? Si los zánganos son los machos de la maestra, muertos estos, quedará inhabil para la generación de las abejas, y por sonsiguiente vendrá a destruirse su reyno. No vale decir que la maestra, en virtud del coito que tuvo con los zánagnos ó machos, queda fecundada para las genraciones posteriores á la muestre de ellos, porque á lo más quedarian fecundados aquellos huevos formados ya en los oviductos de la maestra, y sobre los cuales regalaron los machos, como sucede en las gllinas, mas no los que se formaron después. Y es de advertir que el vientre de la maestra es de cortos límites, y de consiguiente no ccabe muchos huevos de una vez. Convengo en que por lo largo se forman hasta dos mil huevos á un tiempo en sus oviductos, y que en virtud del comercio con los zánagnos queden regados ó fecundado. Lo mas que podrán salir de ellos serán otras trantas abejas y nad mas, porque de un huevo no nace mas que una. ¿Y hasta veinte mil que son necesarios para optras tantas abejas que componen un enjmabre regular, segun la pición de Sampil, quien los fecundó muertos los zánganos, á quien suponen por únicos machos de la maestra?. No me lo sabrán decir. Ello es constante que todos los zánganosmson muestos por las abejas á entradas de invierno ó ántes, en lo que conviene Sampil y otros de los expresados escritores, y por consiguiente, tambien debe serlo que la reyna no tiene ni puede tener en todo este tiempo, (que es un esoacio de cerca de seis meses) comercio alguno con ellos, puesto que ya no existen; y sin embargo de todo este no deja de ejercer sus funciones del deshove en primavera siguiente, de manera, que la floración viene abundante suele marcar o deshobar casi todas las celdillas de su morada, y salen otras tantas abejas á luz, con las que se ponene en disposición de partir, y de facto se parten muchas veces. Luego no pueden hacer todas de los huevos que fecundó ó sementó el macho que ya no existe, ni real ni virtualmente en los diez y ocho mil nuevos, en que no pudo influir según llevo demostrato: con que es presiso recurrir á otro principio que no es ni puede ser sino la fecundidad natural de la mestra sin comercio alguno con los zánganos (I), y confesar que solamente de los huevos de la maestra, aplicados o depositados en el fondo de las celdillas y del calor natural de las abejas, que aplican el líquido necesario, se fomentan los pollos hasta hacerse ó formarse abejas perfedtas. La segunda reflexión es, que según principios de la física, un semejante engendra á otro semejante, y que el efecto es semejante á la causa que lo produjo. ¿Pues cómo las abejas son tan laboriosas y económicas, siendo afectos á hijas, según opinión de Reaumor, de lso zánganos tan bastardos, olgazanes é indolentes? la tarcera reflexión es, que el famoso Colmenero de Cabolanzante procura y ha procurado constanmente exterminar todos los zánaganos de sus hornos y colmenas, y sin embargo de eso ninguno (de los que yo conozco (ha hecho más rapidos progresos en esta grangeria, y sus colmenas son las mejores y mas estimadas de todos los inteligentes. Esto es incompatible con la opinión de Sampil; pues si fuese cierto como él asegura, que los zánganos son el principio de la generación de estos insectos, cuantos mas se matasen seria mas corta la prole, y por último vendrian á fallecer los vasos en donde hiciese dicha diligencia. No me detengo mas en su refutación, por que me parece haber demostrado basante la falsedad de este opinión, y porque faltaria á la concisión que me propuso observar en este tratado.

(I) Véase mi respuesta al Censor en donde queda esto probado con las experiencia de Schirach