VILLEL DE MESA (Corresponsal Oficial: Pedro Larrad Pérez)
PARRAFO IV CAPITULO II
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATADO ECONÓMICO DE ABEJAS
Por D. Josef Rivas y Pérez, natural de Villel de Mesa -año 1807-
CUAL DEBE SER LA CONSTRUCCIÓN Ó FORMA DE LOS HORNALES Y HORNOS, CON VARIAS ADVERTENCIAS ÚTILES.
El hornal es una casita tal como la que se representa en la lámina primera, en cuyo diseño se ve la pared maestra, que es la que ha de mirar al mediodia. Esta debe tener de grueso una vara castellana, porque en ella se han de abrir las concavidades para los hornos, los cuales han de tener tres cuartas y tres pulgadas de profundidad, algo mas de una tercia de altura y dos tercias y media de latitud. Esta pared como todas las demas, puede hacerse de tapia, y los hornos se podrán abrir con reja ó pico, ó bien hacerlos de adobes, que son aproposito para el efecto, dandoles la figura que acomode, aunque regularmente suelen tener la de un armario ó arca pequeña, cuyo suelo sea un plano inclinado hácia el orificio, avertura ó piquera, y esto se hace con el fin de que las abejas puedan limpiar su habitación con mayor facilidad y menos trabbajo, y de que ésta se mantenga siempre mas sana y aseada, no pudiéndose detener en ella humedad alguna, de las que podrian resultar si por dasaulidad se vertiese agua ó cualquiera otro líquido. La latitud y longitud del hornal podrá ser cuanta se quiera y el sitio permita; pero su altura no deberá exceder por la pared maestra ó frontis de las piqueras de dos varas castellanas, porque si fuese mayor, se advertirán notables perjuicios y pérdidas en las abejas, por la demasiada frialdad de la región y violentos aires que las azotan frecuentemente. Yo tengo observado que los hornos de la cuarta línea que vienen á estar á la altura de dos varas y media poco mas ó menos, son muy débiles de ordinario con respecto á los demas; y en los de las tres líneas inferiores, no he hallado diferencia para lo que no encuentro otra razón, sino el estar estos á una altura menos que aquellos; según dejo insinuado arriba. Últimamente, para que los hornales y colmenares queden enteramente acabados, y en la debida forma convendrá cercarlos por delante de las piqueras, con el fin de ponerlos á salvo de los aires y ganados que les son muy perniciosos. Para este efecto se hará un corral delante de ellos, pero tal que no les quite el sol, lo que se conseguirá dándole bastante extensión, especialmente por delante de las piqueras y costados del hornal, y se ha de procurar sobremanera que en sus cercanias no haya árbales muy altos que les hagan sombra, pues ya deje repetido varias veces que es necesario el sol para la conservación y aumento de las abejas; pero si podrá haber, y aun serán útiles dentro del vallado algunos arbolitos enanos, rosales, higueras, para que en ellos se coloquen los enjambres cuando salgan, y no se alejen tanto que sus dueños no los hallen, lo que sucede si no hay á poca distancia algunas sombras en donde se detengan á disfrutar la frescura. El número de hornos en un sitio no debera pasar de ochenta poco mas ó menos, porque es indudable que los muchos extraen prontamente el jugo meloso de las flores, y que por consiguiente vendrá á faltarles, pues aunque es cierto que éstas son como fuentes que continuamente fluyen, pero tal puede ser la extracción que se lleguen á agotar
PARRAFO IV CAPITULO II
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATADO ECONÓMICO DE ABEJAS
Por D. Josef Rivas y Pérez, natural de Villel de Mesa -año 1807-
CUAL DEBE SER LA CONSTRUCCIÓN Ó FORMA DE LOS HORNALES Y HORNOS, CON VARIAS ADVERTENCIAS ÚTILES.
El hornal es una casita tal como la que se representa en la lámina primera, en cuyo diseño se ve la pared maestra, que es la que ha de mirar al mediodia. Esta debe tener de grueso una vara castellana, porque en ella se han de abrir las concavidades para los hornos, los cuales han de tener tres cuartas y tres pulgadas de profundidad, algo mas de una tercia de altura y dos tercias y media de latitud. Esta pared como todas las demas, puede hacerse de tapia, y los hornos se podrán abrir con reja ó pico, ó bien hacerlos de adobes, que son aproposito para el efecto, dandoles la figura que acomode, aunque regularmente suelen tener la de un armario ó arca pequeña, cuyo suelo sea un plano inclinado hácia el orificio, avertura ó piquera, y esto se hace con el fin de que las abejas puedan limpiar su habitación con mayor facilidad y menos trabbajo, y de que ésta se mantenga siempre mas sana y aseada, no pudiéndose detener en ella humedad alguna, de las que podrian resultar si por dasaulidad se vertiese agua ó cualquiera otro líquido. La latitud y longitud del hornal podrá ser cuanta se quiera y el sitio permita; pero su altura no deberá exceder por la pared maestra ó frontis de las piqueras de dos varas castellanas, porque si fuese mayor, se advertirán notables perjuicios y pérdidas en las abejas, por la demasiada frialdad de la región y violentos aires que las azotan frecuentemente. Yo tengo observado que los hornos de la cuarta línea que vienen á estar á la altura de dos varas y media poco mas ó menos, son muy débiles de ordinario con respecto á los demas; y en los de las tres líneas inferiores, no he hallado diferencia para lo que no encuentro otra razón, sino el estar estos á una altura menos que aquellos; según dejo insinuado arriba. Últimamente, para que los hornales y colmenares queden enteramente acabados, y en la debida forma convendrá cercarlos por delante de las piqueras, con el fin de ponerlos á salvo de los aires y ganados que les son muy perniciosos. Para este efecto se hará un corral delante de ellos, pero tal que no les quite el sol, lo que se conseguirá dándole bastante extensión, especialmente por delante de las piqueras y costados del hornal, y se ha de procurar sobremanera que en sus cercanias no haya árbales muy altos que les hagan sombra, pues ya deje repetido varias veces que es necesario el sol para la conservación y aumento de las abejas; pero si podrá haber, y aun serán útiles dentro del vallado algunos arbolitos enanos, rosales, higueras, para que en ellos se coloquen los enjambres cuando salgan, y no se alejen tanto que sus dueños no los hallen, lo que sucede si no hay á poca distancia algunas sombras en donde se detengan á disfrutar la frescura. El número de hornos en un sitio no debera pasar de ochenta poco mas ó menos, porque es indudable que los muchos extraen prontamente el jugo meloso de las flores, y que por consiguiente vendrá á faltarles, pues aunque es cierto que éstas son como fuentes que continuamente fluyen, pero tal puede ser la extracción que se lleguen á agotar
