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VILLEL DE MESA (Cronista Oficial: Pedro Larrad Pérez) plarrad@telefonica. net

ANTORCHA DE COLMENEROS, Ó TRATADO ECONÓMICO DE ABEJAS
Por D. Josef Rivas y Pérez, natural de Villel de Mesa -1807-

CAPÍTULO IV. PÁRRAFO II.

Datos para saber al poco mas ó menos el número de abejas que tiene una colmena ó enjambre.

Ya dejé insinuada en el cap. I. I. de esta obra, la opinión de Sampil, sobre el número de abejas que componen un enjambre regular; pero como una proposición así dicha no puede convencer sino en cuanto presenta á los ojos de todos los datos en que se funda, expondré con la extensión debida las pruebas y experimentos que para este efecto ha hecho el infatigable Reaumur. Todo el mundo conoce que á una pregunta de esta naturaleza no puede satisfacerse completamente, sino tomándose el trabajo de contar las abejas de una operación muy prolixa, y muy dificil de prácticar por el peligro á que se exponia, y daño que podia recibir el operante de estos insectos irritados y coléricos, convendrá dar reglas para que el curioso pueda hacerlo sin exponerse á estas funestas resultas, ó á lo menos para que sino desease tanta exáctitud pueda calcularlo por aproximación, economizando de este modo el mucho tiempo y trabajo que exigia la primera operación, cuya mayor precisión no es absolutamente necesaria para los casos prácticos que pueden ofrecerse sobre este particular.

El modo pues de poder contar las abejas de un enjambre sin exponerse á recibir daño alguno es ahumarlas con una especie de hongo (que comunmente se llama begin) con que quedarán aturdidas é inmóviles por mas de media hora, en cuyo tiempo, sino se hubiera podido concluir la numeración, y se advirtiese que se desaturdian, se les volverá á dar humo de nuevo, con lo que se consiguirá el efecto. Si este medio no acomodase por parecer arriesgado, se podrá substituir otro igulamente seguro. Este se reduce á sumergir la colmena en un cubo lleno de agua, y dejarla allí por diez ó doce minutos; despues se saca, y se cogen con un cuharon agujereado todas las abejas que se han quedado en el agua para echarlas en un lienzo blanco á fin de contarlas, y por último se pondrán á secar al sol, con cuyo influjo adquirirán la vivacidad de antes, y volverán á quedarse en su primitivo estado.

Ya que le he manifestado al curioso colmenero los medios de que podrá valerse para saber el número fijo de abejas de cada enjambre, sin exponerse á los riesgos á que de otro modo podría conducirle acción tan temeraria, me resta presentarle los datos para que pueda hacerlo (aunque no con la igual exactitud, pero sí con la que basta) sin necesidad de tando estrépito, tiempo ni trabajo.

Reaumur que ha hecho infinitas especulaciones sobre abejas tuvo la curiosidad de pesarlas muertas, y ha encontrado que trescientas treinta y seis daban el peso de una onza, por consiguiente cinco mil trescientas setenta y seis el de una libra de diez y seis onzas: como es tan corta la diferencia de una abeja á otra, no puede menos pesar cuatro libras poco mas ó menos, contendrá veinte y un mil quinientas cuatro con poco diferencia. Esto no es decir que de aqui no pueda pasar, antes se infiere que si un enjambre que tiene este número de individuos, es bueno, otro que tenga cinco ó seis mil mas será mejor, y solo podrá ser malo por demasía, cuando por ser tan grande queda muy debilitada la colmena madre, de donde salió, y llega á aniquilarse. Así pues el enjambre deberá graduarse con relación á los vasos, advirtiendo que siempre estan en razón directa los unos con los otros: esto es cuanto mayor es el vaso, mayor ha de ser el enjambre que en él se ha de alojar.

Por último debo advertir al colmenero que pese las colmenas apenas las tenga preparadas; pero antes de echarle las abejas, y que una vez pesadas marque sobre ellas mismas su peso para tenerlo presente siempre y cuando convenga sin necesidad de repetir la operación pues de este modo logrará su curiosidad el saber cuando quiera, que tal estan de provisiones; cuanto han aumentado la población, y por consiguiente que es lo que debe hacerse con ellas, según las circunstancias en que se hallen.