VILLEL DE MESA.
Cronista oficial: Hermenegildo Pedro Larrad. plarrad@telefonica. net.
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATADO ECONÓMICO DE ABEJAS.
Por D. Josef Rivas y Pérez
CÁPITULO IV. PÁRRAFO III.
Cómo se han de echar los enjambres en los hornos y jacientes, y que debe hacerse despues.
Preparada ya la casa con las ceras que dijimos, y frotada con aguamiel ó yerbas olorosas, si acomoda, bien barrida, y dispuestas para el alojamiento del enjambre que se ha de hospedar, se tendrá prevenido un pergamino grande, bien mutilado y consistente, para que despida con facilidad las abejas. Y así preparado y bien extendido se sentará sobre él el partidor en que está el enjambre, y se procurará desprender de aquel las abejas por medio de unos golpecitos que se le darán exteriormente por todos los lados, aunque principalmanete por la parte superior, con el objeto de que caigan todas las abejas sobre el cuero ó pergamino. Luego que estas esten desprendidas de las paredes del partidor, se quitará con ligereza la capita que le cubria, y se hará que caigan todas sobre el cuero preparado; últimanete habiéndolas recibido en él, se meterá la una extremidad en el horno que se quiere poblar, y sacudiéndolas hácia su fondo por la otra extremidad de la parte de afuera con prontitud para que no se alboroten demasiado, se las obligará á entrar en el nuevo alojamiento, y á las que despues de esta operación se derramasen por los bordes del horno, se las escupirá soplando á menudo para que entren á incorporarse con sus compañeras, lo cual verificado se cercará inmediamente la abertura ó boca del horno con su tapa, puerta ó tribillos (10), y se dejarán tranquilas. A los cuatro dias de haberlos poblado volverá el colmenero á registar uno por uno todos los hornos ó jacientes recientemente poblados, y verá cual se despobló enteramente, ó cual se desabejó algun tanto, porque es preciso suceda así en medio de tal confusión de abejas establedias en nuevas colonias, en cuyo caso unos hornos toman muchas, otros pocas, quedando aquellos de donde se marcharon muy pobres, y los otros á quienes se agregaron muy poderosos y robustos con la nueva sociedad. Todo esto es irremediable, pero se podrá enmendar ó suplir la fata de abejas, agredando á los faltos otras tantas como se les fueron, y á los en que ninguna quedó un enjambre con su maestra.
(10) Tribllos es término usado entre colmeneros, y aunque no se halla en el diccionario de la lenguna castellana, se tiene por equivalente á témpanos, ó aquellas tapas ó tablitas estrechas con que acostumbran cerrar sus hornos y colmneas. Usase de ellos con preferencia á las puertas de una sola tabla; lo primero porque si ocurriese que el horno ó colmena estuviesen llenos de obra y todas las extremidades de los panales tocasen en esta tabla, habia peligro que al tiempo de abrirla se partiesen por medio, la obra se viniese abajo, y siendo de muchas tablitas (que en los hornos regularmente sulen ser tres) no hay este peligro, pues á lo mas podría romperse un solo panal: lo segundo porque las abejas se incomodan de la mucha luz cuando estan trabajdno, y si la puerta fuese de una sola tabla, era necesario que cada vez que se hubiesen de ver se destapase todo el horno, lo que no sería tan conveniente como registralas por aquella pequeña ventanita que deja el témpano quitado.
Cronista oficial: Hermenegildo Pedro Larrad. plarrad@telefonica. net.
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATADO ECONÓMICO DE ABEJAS.
Por D. Josef Rivas y Pérez
CÁPITULO IV. PÁRRAFO III.
Cómo se han de echar los enjambres en los hornos y jacientes, y que debe hacerse despues.
Preparada ya la casa con las ceras que dijimos, y frotada con aguamiel ó yerbas olorosas, si acomoda, bien barrida, y dispuestas para el alojamiento del enjambre que se ha de hospedar, se tendrá prevenido un pergamino grande, bien mutilado y consistente, para que despida con facilidad las abejas. Y así preparado y bien extendido se sentará sobre él el partidor en que está el enjambre, y se procurará desprender de aquel las abejas por medio de unos golpecitos que se le darán exteriormente por todos los lados, aunque principalmanete por la parte superior, con el objeto de que caigan todas las abejas sobre el cuero ó pergamino. Luego que estas esten desprendidas de las paredes del partidor, se quitará con ligereza la capita que le cubria, y se hará que caigan todas sobre el cuero preparado; últimanete habiéndolas recibido en él, se meterá la una extremidad en el horno que se quiere poblar, y sacudiéndolas hácia su fondo por la otra extremidad de la parte de afuera con prontitud para que no se alboroten demasiado, se las obligará á entrar en el nuevo alojamiento, y á las que despues de esta operación se derramasen por los bordes del horno, se las escupirá soplando á menudo para que entren á incorporarse con sus compañeras, lo cual verificado se cercará inmediamente la abertura ó boca del horno con su tapa, puerta ó tribillos (10), y se dejarán tranquilas. A los cuatro dias de haberlos poblado volverá el colmenero á registar uno por uno todos los hornos ó jacientes recientemente poblados, y verá cual se despobló enteramente, ó cual se desabejó algun tanto, porque es preciso suceda así en medio de tal confusión de abejas establedias en nuevas colonias, en cuyo caso unos hornos toman muchas, otros pocas, quedando aquellos de donde se marcharon muy pobres, y los otros á quienes se agregaron muy poderosos y robustos con la nueva sociedad. Todo esto es irremediable, pero se podrá enmendar ó suplir la fata de abejas, agredando á los faltos otras tantas como se les fueron, y á los en que ninguna quedó un enjambre con su maestra.
(10) Tribllos es término usado entre colmeneros, y aunque no se halla en el diccionario de la lenguna castellana, se tiene por equivalente á témpanos, ó aquellas tapas ó tablitas estrechas con que acostumbran cerrar sus hornos y colmneas. Usase de ellos con preferencia á las puertas de una sola tabla; lo primero porque si ocurriese que el horno ó colmena estuviesen llenos de obra y todas las extremidades de los panales tocasen en esta tabla, habia peligro que al tiempo de abrirla se partiesen por medio, la obra se viniese abajo, y siendo de muchas tablitas (que en los hornos regularmente sulen ser tres) no hay este peligro, pues á lo mas podría romperse un solo panal: lo segundo porque las abejas se incomodan de la mucha luz cuando estan trabajdno, y si la puerta fuese de una sola tabla, era necesario que cada vez que se hubiesen de ver se destapase todo el horno, lo que no sería tan conveniente como registralas por aquella pequeña ventanita que deja el témpano quitado.