VILLEL DE MESA
UN RECUERDO
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA (370-444)
Nació en el año 370. Practicó la vida monacal. Una vez ordenado presbítero, acompañó a su tío, obispo de Alejandría, y en el año 412 le sucedió en el cargo. Combatió con energía las enseñanzas de Nesterio y fue la figura principal del Concilio de Éfeso. Escribió mucho y sabiamente con el fin de explicar y defender la fe católica. Murió en 444.
Hoy recordamos a nuestros difuntos Cirilo Ochoa Hernandez y Cirilo Bueno Pasamar, hijos de Villel de Mesa, que descansan en paz, en la presencia del Señor.
Himno
Señor, Señor, tú antes, tú después
tú en la inmensa hondura del vacío
y en la hondura interior;
tú en la aurora que canta y en la noche que piensa;
tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor.
Tú en el cenit a un tiempo y en el nedir;
tú en todas las transfiguraciones y en todo el padecer;
tú en la capilla fúenebre y en la noche de bodas;
tú en el beso primero y en beso poster.
Tú en los ojos azules y en los ojos oscuros;
tú en la frivolidad quinceañera
y también en las graves ternezas de los años maduros;
tú en la más negra sima, tú en el más alto edén.
Sila ciencia engreída no te ve, yo te veo;
si sus labios te niegan, yo te proclaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: "Yo creo."
¡Y con cada fe muerta se agiganta mi fe!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
por los siglos de los siglos. Amé
.
UN RECUERDO
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA (370-444)
Nació en el año 370. Practicó la vida monacal. Una vez ordenado presbítero, acompañó a su tío, obispo de Alejandría, y en el año 412 le sucedió en el cargo. Combatió con energía las enseñanzas de Nesterio y fue la figura principal del Concilio de Éfeso. Escribió mucho y sabiamente con el fin de explicar y defender la fe católica. Murió en 444.
Hoy recordamos a nuestros difuntos Cirilo Ochoa Hernandez y Cirilo Bueno Pasamar, hijos de Villel de Mesa, que descansan en paz, en la presencia del Señor.
Himno
Señor, Señor, tú antes, tú después
tú en la inmensa hondura del vacío
y en la hondura interior;
tú en la aurora que canta y en la noche que piensa;
tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor.
Tú en el cenit a un tiempo y en el nedir;
tú en todas las transfiguraciones y en todo el padecer;
tú en la capilla fúenebre y en la noche de bodas;
tú en el beso primero y en beso poster.
Tú en los ojos azules y en los ojos oscuros;
tú en la frivolidad quinceañera
y también en las graves ternezas de los años maduros;
tú en la más negra sima, tú en el más alto edén.
Sila ciencia engreída no te ve, yo te veo;
si sus labios te niegan, yo te proclaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: "Yo creo."
¡Y con cada fe muerta se agiganta mi fe!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
por los siglos de los siglos. Amé
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