VILLEL DE MESA: VILLEL DE MESA...

VILLEL DE MESA

Crónica en el diario de Nueva Alcarria, viernes, 8 octubre de 2004, pág. 40.

LA MINAS CEMENTERAS DE VILLEL DE MESA

En torno al año 25 del siglo pasado, en Villel de Mesa hubo un gran interés por parte de las autoridades provinciales, para realizar el proyecto, que nunca llegó por falta de los medios económicos y que en aquellos tiempos fue muy corriente en toda nuestra geografía. Pero, a Villel de Mesa y a los pueblos de su entorno se les cerró un futuro prometedor, al no explotar la mina de cemento, que aún está viva su cordillera, y que se prolonga desde el tejar hasta el balcon de Pilatos (Km. 3, dirección a Algar).

TESTIMONIOS

Cuentan las crónicas de las personas que aún dan testimonio, que los pueblos olvidados y mucho más cuando los medios de comunicación no eran los de ahora, nuestro Conde de Romanones tomó gran interés en la exploación de la mina de cemento. Su emisario a efectos de proyecto, estuvo a cargo de D. Ramón, que según veremos en sus cantares, llevaba un bigote blanco. D. Ramón alegre y contento por la gran acogida de la familie Renales, en sus visitas repetidas para explorar el terreno, trataron de crearle una buena estancia y unos de sus estribillos decía así:"Ha venido D. Ramón con el bigotillo blanco, le han gustado las minas, pero más el vino blanco". Y otro rezaba: " ¡Ay D. Ramón!" No se apure usted que con triquitin... y el triquitan las minas saldrán".

La familia Renales, en su primera generación D.
Alfono, y posteriormente D. Leonardo, tuvieron su propio apodo, conocidos por todos, tanto el padre como el hijo, por "el Conde Romanones". Dos generaciones para el recuerdo histórico del Siglo XX.

Proyectos no faltaron y las visitas se fueron alargando. El cable de las vagonetas de carga ya estaba trazado, que llegaría hasta la estación de Ariza para llevar el material, de la piedra, hasta la fábrica de cemento. Un segundo proyecto era instalar la fábrica junto a la mina y estalecer unas nuevas vías de comunicción, carretera que tanto influyó en el tiempo de gobierno del Conde de Romanones. Pasaron los días y pasaron los años y, como tantas cosas, quedan en la vida sin realiar. Esta es una de ellas, como dirían nuestros antepasados, "todo fueron proyectos". En los títulos de la revista Turimos Rural, número 54 de Abril de 2002, abría su portada "El valle de río Mesa un perfecto desconocido". Si los proyectos hubieran seguido, más popular y conocido sería "este rinco de oro de Castilla-La Mancha".

Las grandes y prolongadas montañas de este material sigue sin explotar. Un paseo, y si es buen tiempo otoñal, mucho mejor, nos llevará por la carretera hasta el lugar. Un paseo que el visitante recobrará paz y salud, al ir bordeando el río Mesa y sus vegas junto a sus montañas. Contemplará y podrá visitar las ermitas de los Pastorcillos y de Jesús Nazareno, La Cueva de San Juan (antiguo lugar de culto) y en este trayecto, podrán contemplar otra cordillera de conocido y dócil material "la toba". En el puente Mesa, que sirve de mirador para ver las truchas de gran tamaño, que en estas aguas va contra corriente. Todos lamentamos que los cangrejos hayan sido totalmente eliminados y, según las últimas noticias, de nuevo habrá su reposición.
Seguimos con la vista hacía los Castillejos y con la memoria podremos contemplar el lugar del famoso castillo, del que no quedan ni restos.

La vega de los "huertos" nos acerca al puente "Pintado". Siguiendo, hemos cruzado el canal, que aún conduce gran caudal de agua, que alimentaba al Molino, cuyo último molinero, fue D. Victor de la Riva, y que ahora el conjunto de viviendas corresponden a sus hijos. Hemos paseado por la carretera que nos invita a visitar toda clase de plantas de la vega y montaña, sentiremos el ruido y de las abejas obreras que cubren sus panales de la dulce miel. Y nos encontramos frente a la gran montaña, la "mina de cemento", esperando a sus visitantes, que una vez más, recordarán la historia, la que pudiera haber dado la vida a muchas familias, sin que estas emigraran a otros lugares.

Pero, lo que más espera la montaña es a las personas que pudieran explotar su mineral. Las piedras también nos hablan, y nos dicen las oportunidades que perdieron las generaciones pasadas. La mina de cemento nos pregunta lo sgiuiente: ¿Podré ser fértil un día para la construcción?