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VILLEL DE MESA

DÍAS DE TODOS LOS SANTOS QUE NOS INVITAN A REFLEXIONAR

El recuerdo de los que ya no están inunda los cementerios.

El calendario mes a mes, nos va desglosando en un impertérrito recordatorio aquellos días tan significativos del año. Entre ellos se encuentra aquel que guardamos con gran respeto y cariñoso afecto hacia aquellos seres que nos dieron la vida, y que tras el discurrir del tiempo ya no se encuentran entre nosotros.
Pero que podemos decir que forman parte intrínseca de nuestras propias vidas, dado que con su particular proceder han generado una parte muy importante de nuestra propia personalidad.

Y es en el mes de noviembre cuando inicialmente nos convoca de una manera muy especial, a revivir en sutil recordatorio familiar, a todos los que muy especialmente nos amaron, nos siguen amando y que nosotros no olvidaremos. Son nuestros padres, hermanos, hijos, familiares, amigos y conocidos, que a través de nuestra fe, tenemos la convicción que están gozando eternamente de la presencia del Señor. A ellos nos unimos mediante nuestras oraciones.

Los días 1 y 2 de noviembre nos alejamos de nuestras ocupaciones y otros menesteres de nuestra vida cotidiana, y les dedicamos unos muy especiales momentos a todos aquellos Seres Santos de Dios y en general a todos los difuntos porque a buen seguro que un día otros lo harán por nosotros.

Los que estamos distantes de los cementerios, y nos vemos privados de la visita ante las tumbas de nuestros seres queridos, confiamos en aquellos familiares que tienen la dicha y oportunidad de rezar personalmente en el lugar, que depositarán alguna flor y derramarán sentidas lágrimas unidas a sus oraciones. Y en el sepulcral silencio, a buen seguro resonará con cánticos y alabanzas de amor, dando consuelo y sosiego a los familiares y amigos. Y nosotros continuamos avanzando, con paso lento y la cabeza inmersa en los recuerdos del lugar que en un futuro..... ¡Nos unirá!. Un profundo silencio nos dejará percibir la suave brisa que va arrancando en efímero epílogo las hojas de aún permanecen en los árboles. Será también esta enternecedora imagen la que entre suspicaces sonrisas y aprobadoras miradas nos acompañarán.

Las oraciones del: Padre Nuestro y el Ave María son las que repetimos más frecuentemente durante nuestra vida, siempre invariablemente implorando y suplicando. Y durante estos días son pronunciadas aplicando los nombres de aquellos seres entrañables que nunca olvidaremos.

Pedro Larrad Pérez. Cronista de Villel de Mesa. Publicado en Nueva Alcarria, 2 de Noviembre 2012. viernes, pág. 32 Pueblo a Pueblo.