VILLEL DE MESA
LA CABRA DE VILLEL DE MESA CUMPLE DIEZ AÑOS EN SOLEDAD
Pasta por el Portillo sin rumbo fijo ni dueño.
Hace más de 10 años que esta cabra vive independiente por el paraje del Portillo, junto a la Vega Nueva y el Villar. Siempre acampa por el mismo lugar en soledad, junto a los pastos que se alimenta y abreva en la acequia de las huertas. Nadie se ha interesado en adoptarla, ni ha habido reclamación alguna, y ante la presencia de los transeúntes, va en busca de su cobijo.
En otros tiempos un gran grupo de cabras surcaron por estos lugares. Hoy ni hay cabras, por tanto tampoco no hay leche, que alimentaron los hogares y las meriendas rebosadas con la nata que nuestros abuelos nos guardaban.
Gracias al fotógrafo Francisco Javier López Líte, podemos contemplar esta imagen, y al mismo tiempo si es reconocida por algún pastor, pueda venir en busca y unirse con sus compañeras.
"La cabra siempre tira al monte", y en este caso se ha confirmado una de las frases que por estas tierras con frecuencia se expresan.
Atrás quedan esos días en los que se oía el sonido de las caracolas por los montes del valle donde pastaban cabras y ovejas.
Eran las 9 de mañana durante los meses de otoñó, invierno y primavera cuando el cabrero hacia sonar su caracola para llamar a las reses; y durante los meses estivales a las 6 de la tarde.
Fue el bueno de Felipe, y después sus hijos Isidoro y Juan Pascual los que soplaban la caracola. Sus tres nietos, Félix, Javier y Rafael, en su infancia tuvieron también la alegría de hacerla sonar, aunque con granes esfuerzos. Aquella concha marina se guarda como un tesoro en la casa familiar.
Quizá, la cabra independiente de Villel de Mesa acuda a la llamada de esta caracola pero eso sólo se podrá comprobar si se hace sonar.
(N. Alcarria, viernes 15 de febrero 2013 pág. 38) H. P. Larrad
LA CABRA DE VILLEL DE MESA CUMPLE DIEZ AÑOS EN SOLEDAD
Pasta por el Portillo sin rumbo fijo ni dueño.
Hace más de 10 años que esta cabra vive independiente por el paraje del Portillo, junto a la Vega Nueva y el Villar. Siempre acampa por el mismo lugar en soledad, junto a los pastos que se alimenta y abreva en la acequia de las huertas. Nadie se ha interesado en adoptarla, ni ha habido reclamación alguna, y ante la presencia de los transeúntes, va en busca de su cobijo.
En otros tiempos un gran grupo de cabras surcaron por estos lugares. Hoy ni hay cabras, por tanto tampoco no hay leche, que alimentaron los hogares y las meriendas rebosadas con la nata que nuestros abuelos nos guardaban.
Gracias al fotógrafo Francisco Javier López Líte, podemos contemplar esta imagen, y al mismo tiempo si es reconocida por algún pastor, pueda venir en busca y unirse con sus compañeras.
"La cabra siempre tira al monte", y en este caso se ha confirmado una de las frases que por estas tierras con frecuencia se expresan.
Atrás quedan esos días en los que se oía el sonido de las caracolas por los montes del valle donde pastaban cabras y ovejas.
Eran las 9 de mañana durante los meses de otoñó, invierno y primavera cuando el cabrero hacia sonar su caracola para llamar a las reses; y durante los meses estivales a las 6 de la tarde.
Fue el bueno de Felipe, y después sus hijos Isidoro y Juan Pascual los que soplaban la caracola. Sus tres nietos, Félix, Javier y Rafael, en su infancia tuvieron también la alegría de hacerla sonar, aunque con granes esfuerzos. Aquella concha marina se guarda como un tesoro en la casa familiar.
Quizá, la cabra independiente de Villel de Mesa acuda a la llamada de esta caracola pero eso sólo se podrá comprobar si se hace sonar.
(N. Alcarria, viernes 15 de febrero 2013 pág. 38) H. P. Larrad
