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VILLEL DE MESA

LAS GRANJAS DE CARACOLES EMPIEZAN A HACERSE UN HUECO COMO ALTERNATIVA DE EMPLEO

Un doctor en Veterinaria confirma que la helicicultura tiene el éxito asegurado.

La helicicultura es una actividad en auge. En los últimos años, con la crisis y el desempleo, se ha notado que se ha incrementado el interés por la cría de caracoles en la provincia. El pasado mes de junio se puso en marcha la primara granja en Matillas, y hay otras tres en proyecto, en Horche, Mondejar y Baides. Ademas, el primer curso organizado por el Centro Agrarario de Marchamalo ha completado el aforo y ha quedado gente en lista de espera. El doctor en Veterinaria Juan Carlos Fontaillas confirma el éxito de esta actividad.

Los caracoles ya no son solo una afición temporal. La crisis ha hecho que la helicicultura se convierta en una actividad cada vez más en auge y con un gran mercado. El pasado 30 de junio comenzó a funcionar en Matrilla la primera granja de caracoles y hay otras tres que se están fraguado para abrir sus instalaciones en Horche, Mondejar y Baides.

Un ejemplo de este creciente interés es que el primer curso organizado por el Centro Agragario de Marchamalo sobre cría de caracoles tuvo un aforo de 40 alumnos. Un 30 por ciento de los se apuntaron se quedaron en lista de espera, por lo que desde los Servicios Pariféricos de la Consejería de Agricultura en Guadalajara han decidido repetir en próximas convocatorias.

"Es algo que siempre ha estado de actualidad, aunque sí hemos notado que en los últimos dos o tres años ha habido mucha más gente que se ha interesado por ello como un trabajo alternativo", afirma Juan Carlos Fontanillas, doctor en Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, autor de siete libros sobre la helicicultura y que se encargó de impartir este último curso a los alcarreños.

En cada granja suele haber entre uno o dos millones de caracoles, y para que una familia pueda vivir de esta actividad, una granja media tiene que estar dimensionada para generar 25 millones de toneladas de caracoles al año. Sus condiciones son similares a otras. Disponen de reproductores, se obtienen caracoles alevines, se engordan y después se sacan a la venta. Y además tienen que cumplir ciertas características de temperatura -20 grados- y de humedad relativa -el 80 por ciento- para recrear lo mas fielmente posible el hábitat que tiene en la naturaleza. "Una granja de helicicultura no se puede poner en marcha de un día para otro, solo en una épocas determinadas, y sobre todo en esta zona de Guadalajara. Si es otra con una temperatura más benigna tendríamos más posibilidades. Necesita tiempo, adaptación, y tarda por lo menos un año en empezar a rodar", explica. Estos meses del año, por ejemplo, serían propicios para ponerla en marcha.

Según el doctor en Veterinaria el coste de puesta en marcha de una granja puede ascender a unos 100.000 euros, aunque este coste varía en función de la actividad que se realice en el interior, si se realiza el ciclo completo o solo se dedica al engorde. Lo normal es disponer de una nave de unos 300 metros cuadrados para la fase de reproducción y dos o tres invernaderos de 1.000 metros cuadrados cada uno.

La vida de un caracol en una granja es de un año, aunque en la naturaleza llega a los cuatro. Cada caracol -reproductor hermafrodita- pone de 80 a 120 huevos, de los que nacen en unos 10 15 días en función de la temperatura y tardan entre nueve o diez menes en crecer y convertirse en adulto.

Los cuidados son los básicos. Requieren mucha limpieza, darles de comer y controlar la puesta de huevos."La zona de cría debe estar adaptada donde les tienes en primer lugar y después se hace el engorde en un invernadero con características especiales", explica Fontanillas.

El caracol ofrece varias posibilidades de venta. Pueden comercializarse en vivo, precocinado, congelado o enlatado; y también hay subproductos, pueden obterse sus babas para hacer cremas y los huevos para caviar, "de una calidad excelente", según Fontanillas, cuyo coste por kilo se sitúa entre los 600 y los 800 euros.

En cuanto al mercado, Juan Carlos Fontanillas asegura que el éxito de una granja de caracoles está asegurado. " Los países más consumidores como España, Francia e Italia y ninguno de los tres es capaz de producir tanto caracol como consume. Ademas se importa el 50 por ciento de lo que se consume, y no se vende más porque no hay más, no porque el mercado no lo admita". Y concluye: "Todo caracol que se produzca se va a vender sin ningún problema".

(Nueva Alcarria, lunes 11 de marzo 2013, pág. 10 Provincia) Guadalajara M. T. A.