VILLEL DE MESA
EL OBISPO ATILANO SE ENCARGA DE LA LITURGIA TRAS LA MUERTE DE DON ENRIQUE.
Los pueblos del valle del Mesa volvieron a escuchar misa el pasado domingo. Con alegría sonaron las campanas para anunciar la celebración de la eucaristía que iba a presidir el obispo de la Diócesis, don Atilano Rodriguez.
El buen pastor no deja solas a sus obejas. Los feligreses de estos pueblos, los más lejanos a la sede de la Diócesis, han tenido la alegría de asistir a la eucraristía, que en distintos horarios se celebró en Algar a las 11, Villel a las 12 y Mochales a las 13. Un día con bajas temperaturas pero con calor en el corazón, como en estos pueblos castellanos-aragoneses, saben hacer frente a las adversidades que se siguen respirando por el fallecimiento de nuestro querido e inolvidable párroco don Enrique.
Qué sería de estos pueblos, un domingo sin misa. Es una de las preguntas que se va contagiando entre los feligreses, que después de los siglos, el día 17 de noviembre, fué el primero que las camapanas no sonaron. El domingo 1 de diciembre han vuelto a repicar, y cada pueblo pide a su patrona que sigan tocando al menos los domingos, y muy especialmente ahora que hemos iniciado el tiempo de Adviento, para ir preparando la Navidad. La petición hecha con profunda fe, esperamos produzca el milagro, en estos lugares con sus altas y rocosas montañas en donde, como sabemos, la fe sabe moverlas.
Un grupo de amigos de nuestro querido e inolvidable Enrique, en sus tertulias amistosas, le habían nombrado obispo del Valle del Mesa, pero siempre se dio a conocer como el "cura rural". Aquellas buenas intenciones, este domingo hemos visto realizada aquella ilusión de las amistades, que nuestro obispo si que ha ejercido. Y al menos por unas horas los feligreses se han sentido acogidos y aendidos por don Atilano.
EL OBISPO ATILANO SE ENCARGA DE LA LITURGIA TRAS LA MUERTE DE DON ENRIQUE.
Los pueblos del valle del Mesa volvieron a escuchar misa el pasado domingo. Con alegría sonaron las campanas para anunciar la celebración de la eucaristía que iba a presidir el obispo de la Diócesis, don Atilano Rodriguez.
El buen pastor no deja solas a sus obejas. Los feligreses de estos pueblos, los más lejanos a la sede de la Diócesis, han tenido la alegría de asistir a la eucraristía, que en distintos horarios se celebró en Algar a las 11, Villel a las 12 y Mochales a las 13. Un día con bajas temperaturas pero con calor en el corazón, como en estos pueblos castellanos-aragoneses, saben hacer frente a las adversidades que se siguen respirando por el fallecimiento de nuestro querido e inolvidable párroco don Enrique.
Qué sería de estos pueblos, un domingo sin misa. Es una de las preguntas que se va contagiando entre los feligreses, que después de los siglos, el día 17 de noviembre, fué el primero que las camapanas no sonaron. El domingo 1 de diciembre han vuelto a repicar, y cada pueblo pide a su patrona que sigan tocando al menos los domingos, y muy especialmente ahora que hemos iniciado el tiempo de Adviento, para ir preparando la Navidad. La petición hecha con profunda fe, esperamos produzca el milagro, en estos lugares con sus altas y rocosas montañas en donde, como sabemos, la fe sabe moverlas.
Un grupo de amigos de nuestro querido e inolvidable Enrique, en sus tertulias amistosas, le habían nombrado obispo del Valle del Mesa, pero siempre se dio a conocer como el "cura rural". Aquellas buenas intenciones, este domingo hemos visto realizada aquella ilusión de las amistades, que nuestro obispo si que ha ejercido. Y al menos por unas horas los feligreses se han sentido acogidos y aendidos por don Atilano.
