OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

VILLEL DE MESA: VILLEL E MESA...

VILLEL E MESA

AQUELLOS SORTEOS Y SERVICIOS MILITARES ESPAÑOLES (III)

El sorteo se inició en los ayuntamientos, unos mozos celebraban su "suerte" y otros la "desgracia", pero todo con alegría, perdían su estatus

En el anterior capítulo les comentaba algunas de las diferentes evoluciones legislativas que rodearon en el tiempo los sorteos de mozos a "filas", el reclutamiento y el propio cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio en España y sus colonias a lo largo de la historia. Así mismo, terminaba rememorando aquellos procesos en los que los ayuntamientos a través del denominado "Negociado de Quintas", según el padrón municipal de habitantes, los registros civiles de habitantes, los registros civiles e incluso los parroquiales, controlaban a los jóvenes que habían cumplido 20 años de edad.
Un sorteo a "Filas" que normalmente se venía haciendo todos los primeros meses del año. De esta manera los mozos eran citados a las dependencias municipales en donde se les filiaba, medía la estatura y su peso, y hacía un breve reconocimiento médico para días después, publicar la lista con nombres de los mozos considerados "útiles". Lista, que podía ser impugnada dentro de los plazos reglamentarios por el mozo afectado, si bien no con mucho éxito. Del mismo modo en el mes de febrero se daban a conocer las listas definitivas y ya solo cabía esperar a la incorporación militar, según los reemplazos y destinos. Con dicha incorporación, los mozos perdían su estatus civil y pasaban a la jurisdicción militar hasta el momento de la licencia absoluta.

Leyes Españolas de Reclutamiento
Tal como dejé escrito en la anterior colaboración, tras el final de la guerra civil española, se dictó la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 8 de agosto de 1940, que se empleó también en el Ejército del Aire a partir del 1 de Junio de 1950. Y establecía un servicio militar obligatorio en veinticuatro años, contaderos desde el momento de entrar en Caja (el año en que se cumplía 20 años) hasta la licencia absoluta (a los 44 años). El servicio activo restaba fijado en un máximo de dos años, aunque se podían conceder licencias a partir de los dieciocho meses, lo que conllevaba la incertidumbre de la fecha del licenciamiento, que nunca era igual de un reemplazo a otro.

El resto de los años se pasaba a ser "reservista". Si bien primera Ley, fue sustituida por otra que entró en vigor el 27 de junio de 1968, en la que se reducía la duración del servicio militar a los veinticuatro años de la anterior a "solo" dieciocho años, en dos periodos: Uno en actividad por un plazo máximo de dos años y el resto de reserva. Esta Ley de 1968 duró hasta que se dictó la Ley 19/1984 (a poco de llegar los socialistas al poder por primera vez) en la que se estableció un servicio de doce meses y una reserva hasta cumplir los treinta y cuatro años de edad.

Hay una creencia muy extendida de que la "mili" ha sido suprimida, hecho incierto y poco o nada explicado por los políticos de turno. La Constitución Española, en su artículo 30 y por tanto dentro del título dedicado a los derechos y deberes fundamentales de los españoles (que son imprescriptibles) establece que los españoles (por el mero hecho de serlo) "tienen el deber de defender a España". Por lo tanto, lo que una ley ha dejado en "suspenso" otra puede activar el servicio militar obligatorio.

El alistamiento y sorteo
Aquellos sorteos tenían lugar en los ayuntamientos de todos los pueblos de España, hasta bien entrado el siglo XX (después se hacían en las cajas de reclutas diseminadas por todo el territorio patrio) y era público. Acudían los mozos, familiares y amigos, que aguardaban expectantes el resultado de ese sorteo o más bien "rifa" que iba a determinar su futuro inmediato. Por tanto y en todas las poblaciones no se escuchaba en aquella mañana dominical otra cosa que no fuera el sorteo. Es decir el ruido de las bolas que iban a decidir la suerte de centenares de infelices mozos. Se leía la Ley de quintas y se nombra el primer reemplazo que ha de decidir el acaso. Salía el número y luego otro y otro. Se empezaban a ver los ojos chispeantes de alegría, los menos siempre, y los mas nublados de densa tristeza.

Nosotros los españolitos que superamos o cumplimos la friolera etapa de medio siglo de años, ya hemos conocido únicamente los sorteos en las Cajas de Reclutas. Es a partir de 1912 en que la circunscripción es universal, entendiéndose que todos los jóvenes nacidos en un mismo años son soldados, y solo la "suerte" o las exenciones por casusas físicas les puede librar de tal condición. Por ello y en cada una de dichas Cajas, mediante sorteo público a cada uno de los mozos del contingente anual les atribuía un número de orden, designando para el cupo de las Plazas de África del Norte, Protectorado de Marruecos y África Occidental Española (Ifni y Sahara) los números más bajos; después los archipiélagos de la Península.

Vivencias de sorteos rurales
En cada pueblo o lugar solo se escuchaba una frase. " ¡Ya les han sorteado!. "Los mozos ya van gritando formando un grupo compacto, con viejos sombreros y gorras a la cabeza, con pañuelos a la garganta, con botellas de anís y aguardiente y coñac en las manos y un cartelito en la solapa con el número y las mágicas palabras "Península" o "África". Gritaban y bebían. Sin olvidar de cantar las viejas estrofas repetidas año tras año por otros, que ya se licenciaron; por sus hermanos mayores que ahora les contemplan con una sonrisa de satisfacción y hasta de un poco de desengaño porque ellos ya están de vuelta de estas chiquillerías. Pero los quintos no les hace mella esa sonrisa: reían, cantaban y decían piropos a todas las mozas y mujeres que se cruzaban a su paso; a éstas por graciosas, por bonita a la otra, por fea a aquella...

Los quintos sorteados iban abrazados, bailando, empujándose para no perder la proximidad del que va tocando la bandurria, flauta, armónica, acordeón, tamboril y pandereta. Y así recorrían las calles y tabernas de sus respectivos pueblos.

Una copla, un "Viva los quintos", tras otro. Así como "Las vacas del pueblo ya se han escapao", " Son, y son, y son unos fanfarrones", " Y si no le quita bailando los colores a la molinera" un vaso de vino y a la calle, a seguir esa ruta que no les conducía a ninguna parte, pero qué alegría, y la proximidad del uniforme de gloria, que les hacía hombres les requería recorrer el pueblo. Todavía no han ido a su casa, aún sus padres no sabían dónde les ha correspondido servir, pero ya irían después, ahora tenían que estar con sus compañeros de quinta y sorteo.

Al llegar el mozo sorteado ante su madre le preguntaba nada más pasar el umbral de la casa, hijo a dónde te ha tocado. También estaba el padre disimulando su nerviosismo o preocupación con el humo del pitillo que hoy no se apaga, o se apagaba más que nunca. Y también estaba allí la hermana, que le miraba con distintos ojos que otros días, y el hermano mayor, que le sonreía a la vez que le llamaba "quinto". Si le había tocado en la Península había alegría y algorozo, gritos a través del portón para que se enterasen los vecinos de barrio y junto se reunían en torno a las mesa y un buen vino para celebrarlo. Si por el contrario no era palpable, ¡África! La palabra les sobrecogía, porque seguían creyendo que en África aun había guerras,; porque les trae a los padres el recuerdo de otras generaciones y fechas en que esa palabra tenía un significado amargo y porque siguen creyendo en África estaba muy lejos, muy lejos.

Luego vienen las excusas de uno a otro para hacer sonreír a la madre, cuyas lágrimas están asomando y para no quitar el entusiasmo al chico que estaba muy ilusionado con sus fantasías del desierto, de bellezas misteriosas, de moras seductoras que ha visto en el cine del pueblo. Surgen las explicaciones; "África no está tan lejos..á tan lejos... Y no es como antes.

Hay ciudadanos tan grandes como Guadalajara más... Además se esta mejor..."Nadie como el padre y hermanos para contar sus anécdotas de cuando ellos estuvieron en la "Mili".
(Publicado en Nueva Alcarria, Francisco Lozano Gamo, 30 mayo 2014, página 36 Pueblo a Pueblo)