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VILLEL DE MESA: VILLEL DE MESA...

VILLEL DE MESA

EL RÍO MESA DEBUJA UN PAISAJE POR DESCUBRIR

TRANSCURRE POR VILLEL, ALGAR Y MOCHALES.

SABIAS QUE..... el río Mesa nace en la Sierra de Aragancillo, en Selas, y transcurre por angostas gargantas y fértiles vegas hasta su desembocadura en el río Piedra, situado en las proximidades del Monasterio de Piedra. Cabe señalar que en este punto los ríos de la provincia toman rumbos distintos: el Tajo hacia el océano Atlantico.

Si el Tajo marca el ritmo de la vida al sur de Molina, en el extremo norte de esta comarca y lindando con Zaragoza otrto río cobra portagonismo. El río Mesa da nombre al valle que forma a su paso y en cuyo entorno encontramos pueblos que, si bien hoy no cuentan con una gran población, antaño vivieron épocas de mayor esplendor de las que han quedado numerosas e imborrables huellas.

El valle del Mesa posee un enorme atractivo paisajístico, lo que le convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el deporte, pues se pueden practicar senderismo, escalada y cicloturismo.

En los montes del valle del Mesa predomina el bosque de sabina y matorral, salpicado por enclaves de encinas. En la ribera los chopòs y sauces marcan el cauce del río. En las alturas rocosas que rodean el valle anida el buitre leonado. En este territorio se encuentran numerosos fósiles.

Siguiendo el curso del río llegamos a Mochales. El Tormo, una roca de gran altura situada en mitad del valle en una zona en que la que éste ensancha su cauce da la bienvenida al viajero. Algo más río arriba, encontramos la cascada con poza conocida como el Escalerón, vigilada en lo alto por la mirada atenta de la Peña Coba. En el pueblo, la iglesia parroquuial preside la plaza. Se trata de un edificio de estilo gótico rural del siglo XVI. De su castillo, roquero, como los que predominan en la zona, quedan hoy apenas unos restos. Una mina o túnel subterraneo de cerca de un kilómetro de longitud que atraviesa el cerro. Fue excabado para dar salida a las aguas y evitar las inundaciones de la población.

El río continúa su descenso hacia Villel de Mesa, considerada la capital del valle, a través de una hermosa vega repleta de cerezos que se inundan en flores blancas con la llegada de la primavera. Aquí su curso se hace inaccesible en las oquedades del ozo Galano, una profunda garganta dificilmente accesible por la que transcurre el río en forma de cascadas. En el pueblo destaca el castillo roquero de los Funes, erigido en el siglo XIV sobre un cerro estrecho y alargado, campo de batalla entre los reinos de Castilla y Aragón. También se puede contemplar la iglesia parroquial renacentista del siglo XVI, las elegantes casonas placiegas de arquitectura molinesa y el puente medieval que se eleva sobre el río y que conserva restos del siglo XVI.

Algar de Mesa es el último pueblo al que el río da nombre antes de abandonar la provincia de Guadalajara. Es el pueblo más pequeño de todos, pero también uno de los más bonitos, donde el agua crea un marco incomparable lleno de cascadas y chorrreras, cobijadas por grandes roquedales que ha cincelado el paso del tiempo. A modo e balcón volado sobre el barranco se alza la población, adaptándose las viviendas a lo abrupto del terreno. Destacando como edificaciones importantes la iglesia de Santo Domingo de Guzmán del siglo XVI, aunque reedificada en 1944, como consecuencia de la devastación sufrida en la guerra civil española, la ermita de la virgen de los Albares y su plaza al más puro estilo aragonés. (N. A. 20-3-2015)