VILLEL DE MESA
CRÓNICA EN EL DIARIO DE NUEVA ALCARRIA, 25 de febrero de 2005. pág. 20-21
LAS HISTÓRICAS CUEVAS DE VILLEL DE MESA DENTRO DE LAS CASAS.
Se desconoce si estas formaciones fueron las primeras o bien las viviendas, pero el poblado primitivo está lleno de ellas.
Unos les llaman despensa, otros las llaman bodegas.. la cuestión es que durante muchos años los investigadores han profundizado en sus estudios sobre el fenómeno tan diverso de estos entornos revestidos entre sus montañas y su vega.
Rincones convertidos en un auténtico vergel, bañado por sus aguas y guardado entre sus laderas y cañadas.
Las cuevas son aquéllos lugares que siempre nos han servido de protección en momentos de lluvia, fuerte viento y el duro invierno. Especialmente, cuando el pastoreo y la agricultura se realizaba con la yunta de las caballerías.
Todo es posible y no dudamos de su eficacia, la gran utilización que tuvieron las cuevas en las casas, sobre todo, para la conservación de toda clase de alimentos.
A juzgar por el tiempo caluroso, dentro de las llamadas despensas, con la protección de rete fino de mosquietera en las cuevas se conserva la carne, de corral o de la canicería, para el buen cocido de los segadores. Especialmente, la buena conservación del vino en aquellos botos o garrafones, protegidos con el bordeado de mimbre que tan artísticamente forraba el tío Bonito.
No era así en invierno, pero todos conocemos que las cuevas en el verano nos protegen del bochornoso calor y en el invierno del extremo frío de la Meseta.
Las cuevas son tan profundas que, llevados por la psicosis actual, diríamos que servirían como auténticos refugios.
Todas las cosas tienen sus propios orígenes y a ellos hay que atribuirles su auténcio valor. Las cuevas, que son todas subterráneas, están algunas comunicadas en formas de túnel. Por ejemplo, tenemos el caso concreto de la comunicción de castillo condirección a la base que comunica con el palacio y que su función servía para la posible huída de la guarnición o del propio Marqués de turno, que en aquellos años nos ha dejado escrita la Historia.
EMBLEMA DE VILLEL
Y tenemos como símbolo emblemático de nuestro pueblo la cueva LUTERO. Un lugar que vigila constamente y que espera cada mañana la salida del sol. (En la quinta edicción de <Cosas de Villel>, recopiladas y comentadas por MANUEL ZAFRA ARAGÓN, en la página 5, punto 27, dice: "Hasta el año 1750 aproximadamente la cueva de LUTERO se llamaba <CUEVA DEL OTERO>, que es su verdadero y lógico nombre".
En la falda que forma el camino hasta llegar a la cueva, están los depósitos de agua que suministran el consumo del pueblo.
La cueva Negra, camino de la ermita de los pastorcillos, es su lugar y así todos la conocemos. Aquí, en los días de otoño e invierno, las personas mayores se reunían por la tarde para calentarse y para tomar los últimos rayos del sol. También acudían las señoras a coser y los niños a jugar.
Las cuevas de las casas, la mayoría en la parte norte del poblado (el primero en ser habaitado), encontramos en sus orígenes una justificción propia del tiempo, ya que hemos encontrado que el hombre vivió en cuevas. <La cueva del tío pucherero en el barranco de las Zorras>. <La casa de toba junto a la ermita de Jesús Zareno, habitada hasta el año 1925>. en estas circunstancias pudo ser como ampliación a la reducida vivienda y tener un espacio climatológico para todo el año.
El esfuerzo que dicha excavación ocasinó no sería tan fácil como ahora se hubiera realizado. El estudio de estas cuevas caseras, nos dan un perfil de buenas personas que entre sus vecinos existía. Nos lo manifiesta, al encontrar cuevas en el subsuelo, cuando la superficie o vivienda es de distino propietario. Recientemente, se ha producido un socavón en vía pública, la cueva ocupada en subterráneo parte de la calzada y cedió al peso del transporte de un camión con material de obras.
Otras cuevas que aún se pueden contemplar sirvieron de corte para los cerdos. Estas en excavaciones en la propia tierra. Otras de auténticos hornos de miel.
Las históricas cuevas cerradas con material de la propia piedra del lugar han servido para guardar el ganado.
RECUERDOS "NON GRATOS".
La cueva de San Juan y otras que en su tiempo sirvieron de establo y cobijo, por no decir de vivienda, para aquellas personas que nos han dejado el recuerdo de la pobreza y humildad en su forma de vida. Frente a la ermita de Jesús Nazareno, tenemos este lugar, el del gigante tobar, que es digno de admirar. En una crónica navideña la titulé. "EL NIÑO JESÚS PODIA HABER NACIDO EN VILLEL". Y es cierto que en este lugar nacieron a la luz de la estrellas y la luna muchos niños, donde no encontraron una casa que les acogiera.
CUEVAS DE FINA ARENA BLANCA.
Las cuevas de los Arenales fueron muy conocidas por todos los pueblos del entorno.
Se lograron ir formando durante muchos años a la media que se iba sancando la fina arena blanca. Se empleaba para toda clase de limpieza y, en especial, para el hogar. Hasta los años 70 del siglo XX, junto con el jabón fabricado en casa y base de estropajo que salía al deshacerse la soga de esparto, eran unos de los detergentes utilizados en aquellos años.
Ls grandes dimensiones que en su interior se llegaron a formar con dirección a Mochales, una vez pasado el grupo de viviendas nuevas.
Las cuevas de los tobares se cuentran en el entorno del municipio de Villel. Nos encontramos varias extensiones de la dócil y prosa piedra caliza llamada toba.
Pasado el puente del Molino de Arriba,<dirección a Villel> todo la parte de la Veguilla está resguardada por la continuada loma toba. En ella se aprecian superficies interiores profundas, totalmente huecas, colgando las milenarias estalactitas, material que se ha utilizado para las construcciones decorativas y, una de ellas, la fuente de la plaza Mayor de la capital del Valle, jardines particulares e interiores de las viviendas. Cuevas en la Perona y en toda la huerta de San Juan eran lugares donde se destacan las cordilleras de este material.
MAGIA EN TORNO AL RÍO
El pozo Galano y la Quiebra son espacios que gozan continuamente con el salto del agua del río Mesa y hacen auténticos lugares paradisiacos en los que es una satisfacción perderse.
Con sus perpetuas yedras colgantes y sus cuevas mágicas, junto con el sentir del ruido de las aguas, los cánticos de los mirlos y otros voladoreas, el visitante desconecta totalmente de sus preocupaciones. Una auténcia terapia recomentada y que disponga de tiempo y pueda hacerlo, se pase por esta zona y disfrute, junto con al Naturaleza, de un entorno encantador que embauca a todos aquellos que lo han visto y sentido en este Rincon de Castilla.
LA CUEVA DE SAN JUAN.
Una vez que pasada la ermita de Jeús Nazareno a la izquierda nos encontramos con la CUEVA DE SAN JUAN. En esta loma, en su parte inferior, a pico y pala, anterior al siglo XV, fue lugar de culto. En la parte superior de puerta de entrada situaron una imagen del San Juan, en el hueco que hoy está vacío.
En su interior aún pueden observar algunos frescos que guardan el rasgo de sus pinturas de aquellas épocas. En el año 1890 se representaba la obra de la PASIO Y MUERTE DE JESÚS. (Información directa de mi abuela Gregoria, en mi infancia). Más de cuaarenta actores del lugar salían en escena en este lugar de la Cueva de San Juan y que durante un año día tras día hicieron sus ensayos. Al final cada uno se sabía toda la obra (Como pude escuchar). Por estos lugares, propiedad de Eladio Sancho existe una cueva en la parte inferior de la carretera y junto a la acequia de agua.
CRÓNICA EN EL DIARIO DE NUEVA ALCARRIA, 25 de febrero de 2005. pág. 20-21
LAS HISTÓRICAS CUEVAS DE VILLEL DE MESA DENTRO DE LAS CASAS.
Se desconoce si estas formaciones fueron las primeras o bien las viviendas, pero el poblado primitivo está lleno de ellas.
Unos les llaman despensa, otros las llaman bodegas.. la cuestión es que durante muchos años los investigadores han profundizado en sus estudios sobre el fenómeno tan diverso de estos entornos revestidos entre sus montañas y su vega.
Rincones convertidos en un auténtico vergel, bañado por sus aguas y guardado entre sus laderas y cañadas.
Las cuevas son aquéllos lugares que siempre nos han servido de protección en momentos de lluvia, fuerte viento y el duro invierno. Especialmente, cuando el pastoreo y la agricultura se realizaba con la yunta de las caballerías.
Todo es posible y no dudamos de su eficacia, la gran utilización que tuvieron las cuevas en las casas, sobre todo, para la conservación de toda clase de alimentos.
A juzgar por el tiempo caluroso, dentro de las llamadas despensas, con la protección de rete fino de mosquietera en las cuevas se conserva la carne, de corral o de la canicería, para el buen cocido de los segadores. Especialmente, la buena conservación del vino en aquellos botos o garrafones, protegidos con el bordeado de mimbre que tan artísticamente forraba el tío Bonito.
No era así en invierno, pero todos conocemos que las cuevas en el verano nos protegen del bochornoso calor y en el invierno del extremo frío de la Meseta.
Las cuevas son tan profundas que, llevados por la psicosis actual, diríamos que servirían como auténticos refugios.
Todas las cosas tienen sus propios orígenes y a ellos hay que atribuirles su auténcio valor. Las cuevas, que son todas subterráneas, están algunas comunicadas en formas de túnel. Por ejemplo, tenemos el caso concreto de la comunicción de castillo condirección a la base que comunica con el palacio y que su función servía para la posible huída de la guarnición o del propio Marqués de turno, que en aquellos años nos ha dejado escrita la Historia.
EMBLEMA DE VILLEL
Y tenemos como símbolo emblemático de nuestro pueblo la cueva LUTERO. Un lugar que vigila constamente y que espera cada mañana la salida del sol. (En la quinta edicción de <Cosas de Villel>, recopiladas y comentadas por MANUEL ZAFRA ARAGÓN, en la página 5, punto 27, dice: "Hasta el año 1750 aproximadamente la cueva de LUTERO se llamaba <CUEVA DEL OTERO>, que es su verdadero y lógico nombre".
En la falda que forma el camino hasta llegar a la cueva, están los depósitos de agua que suministran el consumo del pueblo.
La cueva Negra, camino de la ermita de los pastorcillos, es su lugar y así todos la conocemos. Aquí, en los días de otoño e invierno, las personas mayores se reunían por la tarde para calentarse y para tomar los últimos rayos del sol. También acudían las señoras a coser y los niños a jugar.
Las cuevas de las casas, la mayoría en la parte norte del poblado (el primero en ser habaitado), encontramos en sus orígenes una justificción propia del tiempo, ya que hemos encontrado que el hombre vivió en cuevas. <La cueva del tío pucherero en el barranco de las Zorras>. <La casa de toba junto a la ermita de Jesús Zareno, habitada hasta el año 1925>. en estas circunstancias pudo ser como ampliación a la reducida vivienda y tener un espacio climatológico para todo el año.
El esfuerzo que dicha excavación ocasinó no sería tan fácil como ahora se hubiera realizado. El estudio de estas cuevas caseras, nos dan un perfil de buenas personas que entre sus vecinos existía. Nos lo manifiesta, al encontrar cuevas en el subsuelo, cuando la superficie o vivienda es de distino propietario. Recientemente, se ha producido un socavón en vía pública, la cueva ocupada en subterráneo parte de la calzada y cedió al peso del transporte de un camión con material de obras.
Otras cuevas que aún se pueden contemplar sirvieron de corte para los cerdos. Estas en excavaciones en la propia tierra. Otras de auténticos hornos de miel.
Las históricas cuevas cerradas con material de la propia piedra del lugar han servido para guardar el ganado.
RECUERDOS "NON GRATOS".
La cueva de San Juan y otras que en su tiempo sirvieron de establo y cobijo, por no decir de vivienda, para aquellas personas que nos han dejado el recuerdo de la pobreza y humildad en su forma de vida. Frente a la ermita de Jesús Nazareno, tenemos este lugar, el del gigante tobar, que es digno de admirar. En una crónica navideña la titulé. "EL NIÑO JESÚS PODIA HABER NACIDO EN VILLEL". Y es cierto que en este lugar nacieron a la luz de la estrellas y la luna muchos niños, donde no encontraron una casa que les acogiera.
CUEVAS DE FINA ARENA BLANCA.
Las cuevas de los Arenales fueron muy conocidas por todos los pueblos del entorno.
Se lograron ir formando durante muchos años a la media que se iba sancando la fina arena blanca. Se empleaba para toda clase de limpieza y, en especial, para el hogar. Hasta los años 70 del siglo XX, junto con el jabón fabricado en casa y base de estropajo que salía al deshacerse la soga de esparto, eran unos de los detergentes utilizados en aquellos años.
Ls grandes dimensiones que en su interior se llegaron a formar con dirección a Mochales, una vez pasado el grupo de viviendas nuevas.
Las cuevas de los tobares se cuentran en el entorno del municipio de Villel. Nos encontramos varias extensiones de la dócil y prosa piedra caliza llamada toba.
Pasado el puente del Molino de Arriba,<dirección a Villel> todo la parte de la Veguilla está resguardada por la continuada loma toba. En ella se aprecian superficies interiores profundas, totalmente huecas, colgando las milenarias estalactitas, material que se ha utilizado para las construcciones decorativas y, una de ellas, la fuente de la plaza Mayor de la capital del Valle, jardines particulares e interiores de las viviendas. Cuevas en la Perona y en toda la huerta de San Juan eran lugares donde se destacan las cordilleras de este material.
MAGIA EN TORNO AL RÍO
El pozo Galano y la Quiebra son espacios que gozan continuamente con el salto del agua del río Mesa y hacen auténticos lugares paradisiacos en los que es una satisfacción perderse.
Con sus perpetuas yedras colgantes y sus cuevas mágicas, junto con el sentir del ruido de las aguas, los cánticos de los mirlos y otros voladoreas, el visitante desconecta totalmente de sus preocupaciones. Una auténcia terapia recomentada y que disponga de tiempo y pueda hacerlo, se pase por esta zona y disfrute, junto con al Naturaleza, de un entorno encantador que embauca a todos aquellos que lo han visto y sentido en este Rincon de Castilla.
LA CUEVA DE SAN JUAN.
Una vez que pasada la ermita de Jeús Nazareno a la izquierda nos encontramos con la CUEVA DE SAN JUAN. En esta loma, en su parte inferior, a pico y pala, anterior al siglo XV, fue lugar de culto. En la parte superior de puerta de entrada situaron una imagen del San Juan, en el hueco que hoy está vacío.
En su interior aún pueden observar algunos frescos que guardan el rasgo de sus pinturas de aquellas épocas. En el año 1890 se representaba la obra de la PASIO Y MUERTE DE JESÚS. (Información directa de mi abuela Gregoria, en mi infancia). Más de cuaarenta actores del lugar salían en escena en este lugar de la Cueva de San Juan y que durante un año día tras día hicieron sus ensayos. Al final cada uno se sabía toda la obra (Como pude escuchar). Por estos lugares, propiedad de Eladio Sancho existe una cueva en la parte inferior de la carretera y junto a la acequia de agua.